1932 |
Estados Unidos

Big Town

Big Town

Director: Arthur Hoerl
Reparto: Frances Dade, John Miltern, Lester Vail
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 5,4/10 |
Letterdbox: N/A/5

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El editor de un periódico busca resolver el misterio detrás de una serie de asesinatos vinculados al mundo criminal.
El editor James Wyley (Lester Vail) va tras la pista de una banda criminal local y se encuentra con que está manejada por el padre de su prometida, en este film de bajo presupuesto de principios de la década del treinta. Todo comienza cuando el periodista Bob Reilly (Geoffrey Bryant) se aparece en la comisaría en busca de algún nuevo asesinato o nuevas pistas sobre la investigación de las actividades del hampa de la ciudad. “¿Por qué no deja de crear problemas tu periódico?”, le responde el sargento. El cronista sigue dando vueltas por el destacamiento y escucha una conversación que involucra a un tal Joe Romero, un arrepentido de la banda de criminales. No van ni cuatro minutos de película y Reilly ya está emborrachándose en un speakeasy, donde da con Romero. “¿Por qué no le das al Sentinel esta información antes de dársela a la policía?”, le dice el periodista, mientras le ofrece mil dólares a cambio de lo que sabe. La transacción nunca llega a ocurrir ya que Romero es liquidado por sus compañeros. La noticia de la muerte del soplón llega al editor Wyley, que también tiene sus propios problemas (“Piensas más en ese horrendo diario que en mí”, le dice su pretendiente, interpretada por Frances Dade). Más cuando la investigación lo lleva hasta Frederick Holman (John Miltern), hombre de buen pasar y padre de la pretendiente en cuestión. Algunos datos de interés caracterizan a este film de bajo presupuesto del director Arthur Hoerl (que al año siguiente dirigió The Shadow Laughs, otra película sobre un cronista que investiga casos policiales mejor que la propia policía), todos aspectos que caracterizan a diferentes films de esa década. El diario no parece muy grande: las únicas dos mujeres en la redacción son la telefonista y la que escribe la columna de consejos amorosos. La novia del protagonista quiere casarse pero el cronista la deja plantada una y otra vez por seguir pistas para sus notas. La borrachera del cronista afecta su desempeño profesional y compromete sus investigaciones. Por último, cabe destacar que ir tras los poderosos (en este modelo de crusader journalist) tiene su costo: la película muestra cómo el periódico pierde anunciantes y su imprenta es atacada por desconocidos. Pero al final Reilly y Wyley salvan el día.

Manuel Barrientos y Federico Poore