Corresponsal

Si el oficio del periodista suele emparentarse con el de detectives y abogados litigantes, Corresponsal demuestra que también lo separa un hilo muy delgado de las tareas que pueden desarrollar los agentes del servicio de inteligencia.

Hombre gris y de porte burocrático, Eduardo Uhlrich (Gabriel Rosas) es increpado en un aeropuerto por una turista brasileña, que le cuestiona el apoyo periodístico al gobierno dictatorial. Sus artículos señalan que la guerra contra la “subversión” está lejos de terminar, porque el enemigo sabe cómo infiltrar sus ideas en las escuelas y universidades y en el ámbito cultural. En la redacción, el jefe lo elogia y le da dinero en un sobre de papel madera: es un adelanto para que realice informes para gente que valora su trabajo y sabe pagar cifras mucho más altas de las que circulan en la prensa. Asì comienza a realizar tareas de seguimiento a un médico y profesor universitario, que es sospechado de integrar una célula que busca desestabilizar al régimen. Para su labor, debe utilizar las herramientas propias del periodismo: una cámara fotográfica, el grabador, un anotador.

Serra sabe trabajar el fuera de campo y el uso del sonido convierte a esta obra en un thriller psicológico sólido y pesadillesco, que sabe escapar de ciertos convencionalismos a la hora de narrar el terrorismo de Estado implantado por las dictaduras latinoamericanas en los años 70 por medio del Plan Cóndor.

La película tuvo su estreno en el marco del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires y se llevó un reconocimiento al mejor largometraje de la Competencia Oficial Argentina por parte de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (ACCA).