183
1944 |
Estados Unidos
It Happened Tomorrow
Sucedió mañana
Director: René Clair
Reparto: Dick Powell, Jack Oakie, Linda Darnell
Periodismo como tema: Central
IMDB: 7,1/10 |
Letterdbox: 3,4/5
N Oscar
Un joven periodista de fines del siglo XIX descubre que puede conseguir el periódico del día siguiente. Esto le trae más problemas que fortuna, sobre todo porque su nueva novia forma parte de un espectáculo falso de clarividencia.
Larry Stevens (Dick Powell), director del Evening News, está a punto de celebrar sus bodas de oro con su esposa (Linda Darnell). Durante la fiesta, cuenta un extraño hecho que le sucedió a fines del siglo XIX, cuando el viejo Benson, el encargado de la hemeroteca del periódico, le entregaba ejemplares del Evening News que vaticinaban con un día de antelación las noticias que iban a producirse. Así lograba grandes primicias, pero también lo exponía a saber de antemano ciertas tragedias que podrían afectarlo directamente.
Adaptación de una pieza teatral, Clair y Nichols establecieron el período de tiempo en la década de 1890 para evitar tener que tematizar la Segunda Guerra Mundial.
Si bien no la consideraba su mejor película, ni siquiera de su periodo estadounidense, Clair reconoció que “los últimos veinte minutos son lo mejor que hice en Hollywood”.
El final, especialmente, que depende de un error en el periódico del futuro, tuvo una conexión personal para Clair, ya que fue despedido de su primer trabajo como reportero cuando inventó una historia que era lo opuesto a lo que realmente sucedió. Nichols también fue un ex periodista.
En varios sentidos, la película anticipa el trabajo del tiempo de Volver al futuro (1985) y Hechizo del tiempo (1993). Es decir, una ciencia ficción sin despliegues tecnológicos y que tematiza y problematiza los viajes temporales desde lo cotidiano. Como en Volver al futuro, el protagonista vislumbra su propia muerte, pero logra torcer ese destino. También coincide con el filme de Zemeckis (la segunda entrega de la saga) en la idea de sacar ventaja del conocimiento del futuro por medio de los juegos de azar. Otro punto en común es la idea del futuro pero yendo al pasado.
Adaptación de una pieza teatral, Clair y Nichols establecieron el período de tiempo en la década de 1890 para evitar tener que tematizar la Segunda Guerra Mundial.
Si bien no la consideraba su mejor película, ni siquiera de su periodo estadounidense, Clair reconoció que “los últimos veinte minutos son lo mejor que hice en Hollywood”.
El final, especialmente, que depende de un error en el periódico del futuro, tuvo una conexión personal para Clair, ya que fue despedido de su primer trabajo como reportero cuando inventó una historia que era lo opuesto a lo que realmente sucedió. Nichols también fue un ex periodista.
En varios sentidos, la película anticipa el trabajo del tiempo de Volver al futuro (1985) y Hechizo del tiempo (1993). Es decir, una ciencia ficción sin despliegues tecnológicos y que tematiza y problematiza los viajes temporales desde lo cotidiano. Como en Volver al futuro, el protagonista vislumbra su propia muerte, pero logra torcer ese destino. También coincide con el filme de Zemeckis (la segunda entrega de la saga) en la idea de sacar ventaja del conocimiento del futuro por medio de los juegos de azar. Otro punto en común es la idea del futuro pero yendo al pasado.
Manuel Barrientos y Federico Poore