Long Shot

Comedia romántica y, a la vez, sátira política, narra la improbable historia de amor entre un periodista de izquierda y una secretaria de Estado que aspira a convertirse en la primera presidenta mujer de los Estados Unidos. Fred Flarsky (Rogen) trabaja en un diario digital independiente y está dispuesto a todo para llevar adelante sus investigaciones. De origen judío, no duda en infiltrarse en una pandilla neonazi. Sin embargo, su vida da un giro brutal cuando el multimillonario dueño de un conglomerado de medios, Parker Wembley, adquiere el periódico y decide la reducción de buena parte del plantel. Si bien es uno de los cronistas estrella y su puesto no está en discusión, Flarsky renuncia, fiel a sus principios.

En una fiesta, intentando ahogar sus penas, se encuentra con Charlotte Field (Theron), la influyente secretaria de Estado norteamericana, quien está pronta a lanzar su candidatura a la presidencia. Flarsky y Field se habían conocido en la infancia: eran vecinos y Charlotte supo cuidar de Fred.

Mientras disfrutan el reencuentro, Wembley se acerca a Field con el objetivo de hacer lobby para sus empresas. Pero Fred aprovecha la ocasión para desquitarse: "Eres todo lo que está mal en este maldito país. ¡Porque eres un viejo, rico y blanco pedazo de mierda y tu conglomerado de medios está arruinando este planeta!"

Pese a las presiones de su equipo, Charlotte decide contratar a Flarsky como redactor principal de sus discursos y se lanza a la presidencia, con la intención de suceder al actual mandatario, un actor que se volvió popular… por actuar como presidente en una serie televisiva. Así, mientras comparten la campaña, va creciendo el amor entre Charlotte y Fred.

Comedia romántica para la era Trump, Long Shot muestra al periodismo de izquierda como una especie en extinción, cooptada o aplastada por los conglomerados de derecha en un momento de alta polarización política y mediática. La prensa mainstream, que en las películas de los ochenta y los noventa jugaba un rol central en las películas sobre periodistas, aún aparece representada como un cuarto poder capaz de legitimar a un candidato (un breve segmento muestra cómo varios canales de noticias cubren el lanzamiento de un proyecto ambiental de Field luego de que ella incorporara a su discurso algunas vivencias que muestran su lado más “humano”) pero en un rol más bien pasivo y no tan protagónico como el del grupo de derecha estilo Fox News que dirige Wembley y que termina pactando una serie de negocios con el entonces presidente de los Estados Unidos.

En las escenas finales, se nos muestra cómo finalmente Field se convirtió en presidenta y él, su novio, en primer caballero. “Solía creer que la mejor manera de cambiar el mundo y de volverlo un lugar mejor era mediante el periodismo. Luego me di cuenta que no era el caso”, dice Flarsky en una entrevista.