Mi primera novia

En una familia apacible, cada integrante parece desempeñar “su rol”: el padre lee el diario y atiende sus negocios, la madre lleva adelante la marcha del hogar y la hija lee una revista femenina y se preocupa por su cuidado. Pero el hijo, Tito (Palito Ortega), es rockero y quiere triunfar con su banda. “¿No sería más útil si estudiasen o trabajasen?”, se preguntan sus padres.

Tito está enamorado de su vecina Elvira (Evangelina Salazar) y tienen una relación incipiente, aunque sin formalidades. La llegada de un joven norteamericano (Dean Reed) altera toda la situación: es apuesto, se pasea en un auto descapotable y representa a una empresa multinacional. Tito se siente amenazado y pide la mano de Elvira, pero el suegro le dice que es prematuro, que vuelva cuando termine los estudios o cuando trabaje.

El joven músico decide buscar empleo, pero lo rechazan por su falta de experiencia. Así que miente y dice que escribe artículos para una agencia periodística, que se publican en los diarios de las provincias. Mientras tanto, va empeñando objetos de la familia para poder costear las invitaciones a su novia.

La suerte parece cambiar cuando el representante les consigue que actúen en un programa de televisión. Toda la familia y los vecinos del barrio se sientan expectantes, para verlo triunfar. Sin embargo, la participación de la banda se cancela segundos antes de empezar. La producción consiguió una exclusiva con una estrella del cine: la burra Yunta.

Tito debe seguir con sus engaños y muestra las supuestas columnas que escribe sobre la situación económica del país y publican diarios como El Heraldo del Gualeguaychú. Sus padres dicen con orgullo: “En el periodismo está su porvenir”. En la película, el periodismo entonces aparece como un oficio con el que se puede obtener mucho dinero y de forma rápida.

Éxito en las taquillas de buena parte de América latina, la crítica la consideró como una de las mejores películas protagonizadas por Palito Ortega.

El cantante y Salazar se conocieron en el rodaje y consolidaron una relación matrimonial que perdura seis décadas después. Aquí el antagonista de Palito es Dean Reed, quien tuvo una promisoria carrera juvenil en Estados Unidos y aprovechó su éxito en Sudamérica para desarrollar sus facetas como cantante y actor en la región. En Chile se vinculó a intelectuales y artistas de izquierda como Víctor Jara y apoyó la campaña presidencial de Salvador Allende. También filmó una serie de spaghetti western en Italia y se consagró como el “Elvis Rojo” por su fama en los países socialistas.