130
1933 |
Estados Unidos
Mystery of the Wax Museum
Los crímenes del museo
Director: Michael Curtiz
Reparto: Fay Wray, Frank McHugh, Glenda Farrell, Lionel Atwill
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,8/10 |
Letterdbox: 3,4/5
Nueva York, año nuevo. La reapertura de un Museo de Cera coincide con la misteriosa desaparición de algunos cuerpos de la morgue de la ciudad. La reportera Florence Dempsey sospecha algo raro y comienza a investigar.
Florence (Glenda Farrell) mantiene una tensa relación con su editor Jim (Frank McHugh), quien le recrimina emborracharse demasiado seguido y no ser particularmente productiva. Jim amenaza con echarla del diario pero su suerte cambia cuando Florence comienza a investigar la misteriosa desaparición de algunos cuerpos de la morgue local que parece coincidir con la reapertura de un Museo de Cera en la ciudad.
Como en muchas películas de la era pre-Code, los periodistas (en este caso, la protagonista) se codean con lo más bajo de la vida en la ciudad, y se observa una relación de familiaridad y camaradería con la policía, si bien desde la óptica de las fuerzas de seguridad los periodistas vienen siempre a fastidiar. En un momento dado, uno de los policías le pasa el dato a Florence de que la chica que apareció muerta tal vez no se haya suicidado después de todo y que es posible que un millonario de nombre George Winton haya estado involucrado. Ella toma nota, pero acto seguido acude a entrevistar al acusado a su celda.
Mystery of the Wax Museum fue el intento más audaz de la Warner por meterse en el negocio de las horror movies de los treinta, una movida que había sido liderada casi en exclusiva por Universal (que en 1931 lanzó Dracula, Frankenstein, y Dr. Jekyll and Mr. Hyde). La película está filmada en un raro proceso de dos colores de Technicolor.
En una crítica de aquel entonces, Mordaunt Hall del New York Times dijo que Glenda Farrell era lo mejor de la película: “Como una suerte de antídoto a las escenas más atemorizantes recibimos un poco de buena comedia por parte de Glenda Farrell, que interpreta a una joven periodista, y de Frank McHugh, que hace de editor. Es un alivio oír a la Srta. Farrell bromear con el Sr. McHugh. Ella ofrece una actuación vivaz e inteligente”. Sin embargo, como tantas otras películas de la época con mujeres fuertes, el triunfo final de la protagonista termina también en un recorte de sus libertades (al decir del autor Howard Good). La escena final muestra a ella entregando el artículo, él intentando quitarle crédito, y un improbable cambio de tono en el que él le ofrece matrimonio y ella (tras desechar la idea de casarse con el millonario Winston) diciendo que sí.
Es la segunda de media docenas de películas de Michael Curtiz con periodistas como personajes, una lista que también incluye a The Strange Love of Molly Louvain (1932), Doctor X (1932), Front Page Woman (1935), Four's a Crowd (1938), Dodge City (1939) y Passage to Marseille (1944).
El actor Edwin Maxwell, aquí con un pequeño papel como socio del escultor Ivan Igor (Lionel Atwill), estuvo en varias películas vinculadas al periodismo: The Yellow Ticket (1931), Back Page (1934), Love is News (1934) y His Girl Friday (1940), donde interpretó al Dr. Egelhoffer.
Como en muchas películas de la era pre-Code, los periodistas (en este caso, la protagonista) se codean con lo más bajo de la vida en la ciudad, y se observa una relación de familiaridad y camaradería con la policía, si bien desde la óptica de las fuerzas de seguridad los periodistas vienen siempre a fastidiar. En un momento dado, uno de los policías le pasa el dato a Florence de que la chica que apareció muerta tal vez no se haya suicidado después de todo y que es posible que un millonario de nombre George Winton haya estado involucrado. Ella toma nota, pero acto seguido acude a entrevistar al acusado a su celda.
Mystery of the Wax Museum fue el intento más audaz de la Warner por meterse en el negocio de las horror movies de los treinta, una movida que había sido liderada casi en exclusiva por Universal (que en 1931 lanzó Dracula, Frankenstein, y Dr. Jekyll and Mr. Hyde). La película está filmada en un raro proceso de dos colores de Technicolor.
En una crítica de aquel entonces, Mordaunt Hall del New York Times dijo que Glenda Farrell era lo mejor de la película: “Como una suerte de antídoto a las escenas más atemorizantes recibimos un poco de buena comedia por parte de Glenda Farrell, que interpreta a una joven periodista, y de Frank McHugh, que hace de editor. Es un alivio oír a la Srta. Farrell bromear con el Sr. McHugh. Ella ofrece una actuación vivaz e inteligente”. Sin embargo, como tantas otras películas de la época con mujeres fuertes, el triunfo final de la protagonista termina también en un recorte de sus libertades (al decir del autor Howard Good). La escena final muestra a ella entregando el artículo, él intentando quitarle crédito, y un improbable cambio de tono en el que él le ofrece matrimonio y ella (tras desechar la idea de casarse con el millonario Winston) diciendo que sí.
Es la segunda de media docenas de películas de Michael Curtiz con periodistas como personajes, una lista que también incluye a The Strange Love of Molly Louvain (1932), Doctor X (1932), Front Page Woman (1935), Four's a Crowd (1938), Dodge City (1939) y Passage to Marseille (1944).
El actor Edwin Maxwell, aquí con un pequeño papel como socio del escultor Ivan Igor (Lionel Atwill), estuvo en varias películas vinculadas al periodismo: The Yellow Ticket (1931), Back Page (1934), Love is News (1934) y His Girl Friday (1940), donde interpretó al Dr. Egelhoffer.
Manuel Barrientos y Federico Poore