
1998 |
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón
Primary Colors
Primary Colors / Colores primarios
Director: Mike Nichols
Reparto: Billy Bob Thornton, Emma Thompson, John Travolta, Kathy Bates, Larry Magman
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,7/10 |
Letterdbox: 3,2/5
N Oscar, N Golden Globes, G BAFTA
Jack Stanton, gobernador demócrata de un estado sureño, se lanza como candidato a presidente de los Estados Unidos. Un escándalo sexual salpica su postulación y obliga a su familia y a su equipo de campaña a cerrar filas en torno a él.
Con la dirección del experimentado Mike Nichols, la película narra la victoriosa campaña del candidato presidencial Jack Stanton (John Travolta) en las internas del Partido Demócrata. Stanton es un gobernador sureño, con gran carisma entre las clases populares, pero involucrado en varios escándalos sexuales. Es decir, un personaje que se construye con referencias explícitas a la figura del mandatario norteamericano Bill Clinton (1993-2001). El guión se centra en el trabajo de los asesores del candidato para ocultar (o neutralizar) la repercusión de esos escándalos y construir una “imagen favorable” de Stanton.
Un pequeño periódico denuncia que Stanton fue liberado ilegalmente de su arresto durante la Guerra de Vietnam. La acusación lleva al comité de campaña del gobernador a organizar una contra operación de prensa; y deciden contratar a Libby Holden (Kathy Bates), una experta en medios y amiga de juventud de Stanton, para auto-investigar todos los potenciales escándalos que puedan complicar al candidato. Es decir, tener conocimiento de los casos para poder anticiparse a la prensa y planificar estrategias de contención.
La película construye a la televisión como omnipresente. El mismo Stanton se queja porque no hay televisor en un motel de campaña. “No se puede hacer campaña para presidente sin CNN”, afirma enojado. Esa presencia acuciante de los medios de comunicación, sin embargo, prioriza las revelaciones sobre las intimidades de la vida de los políticos sobre las propuestas que éstos presenten. No son más que un tropel de periodistas que buscan posibles amantes de los políticos que vendan su historia por dinero. Y, efectivamente, aparece una ex-amante del gobernador en televisión que amenaza con difundir grabaciones telefónicas entre ambos. Aunque Holden y sus asistentes logran comprobar que las cintas son falsas y fueron realizadas por una revista, el rumor ya está instalado. En los medios comienza una hiper-observación sobre la vida privada de Stanton.
Las encuestas aseguran la derrota del gobernador y los periodistas especulan con el retiro de su candidatura. Sin embargo, su oponente sufre un ataque cardíaco y es reemplazado por el ex – gobernador Picker, un político de la vieja camada, poco afecto a las leyes del marketing. Picker anuncia que no hará comerciales ni encuestas porque no pagará para saber qué piensa la gente o qué tiene que hacer. También advierte sobre cómo los políticos deben simplificar sus explicaciones para “estar” en prensa. Es decir, cómo los candidatos, para mantener la atención de la gente, deben ensuciarse unos a otros y concebir la política como un combate.
Pero las propuestas de Picker no tienen éxito. El equipo de Stanton investiga su vida privada y descubren varios escándalos (homosexualidad, drogas) que complicarían la campaña del ex-gobernador. Sin embargo, Holden se niega a “infiltrar” el informe porque los datos pertenecen a la vida privada. Los Stanton, en cambio, optan por hacerlo. Aunque el suicidio de Holden hace rever la posición del gobernador, que decide hablar con Picker y mostrarle el informe. En consecuencia, el ex-gobernador retira su candidatura por temor a que la prensa descubra los hechos y Stanton triunfa en las primarias para, finalmente, ser elegido presidente.
Colores primarios busca representar cómo el periodismo exhibe una imagen cínica que desprestigia a los políticos. Una prensa corrosiva que, avanzando sobre la vida privada, se empeña en no dejar ningún candidato en pie. A la vez, los mismos dirigentes consideran a la política como un combate, con tácticas y estrategias, en la que no importa la discusión de políticas públicas sino el triunfo en términos de “imagen televisiva”. Y dejan su lugar a los profesionales, los “asesores de imagen”, los “expertos en comunicación”.
Está basada en una novela anónima que, con los años, se reveló que había sido escrita por Joe Klein, columnista político de la revista Time. Fue la película de apertura del Festival de Cannes 1998.
Manuel Barrientos y Federico Poore