Taeksi woonjunsa

Seúl, 1980. Kim Man-seob (Song Kang-ho, más conocido por su papel en la ganadora del Oscar Parasite) trabaja como taxista y está agobiado por las deudas. Un día escucha a un colega alardeando sobre un cliente que le reservó un viaje a la ciudad de Gwangju y que está dispuesto a pagarle 100.000 won (unos 400 dólares) por el traslado. Sin pensarlo dos veces, Man-seob le roba el cliente, quien resulta ser Jürgen "Peter" Hinzpeter (Thomas Kretschmann), un periodista de Alemania Federal que busca reportar los disturbios que están ocurriendo en esa ciudad. Acercándose al destino, el taxista comienza a darse cuenta de la gravedad de los sucesos, pero tanto Peter como los estudiantes universitarios que se encuentran en el sudoeste del país le exigen que se quede con ellos y los lleve a través de la ciudad.

Al estar situada en los años ochenta, la representación del periodismo que hace A Taxi Driver está marcada por el enfoque de muchas otras películas de esa década. El corresponsal extranjero (en este caso, el alemán Peter) está en un país poco democrático y arriesga su vida por “contarle al mundo” las masacres que están teniendo lugar, mientras los medios locales repiten las excusas y versiones oficiales. Algunos datos de interés. Uno: dos veces en el film, Peter es presentado ante las fuerzas de seguridad como un empresario, la única forma que tenía de no ser perseguido por su calidad de periodista. Dos: una vez conseguido los registros que prueban la represión contra el pueblo coreano, el cronista huye del país. El aeropuerto como antesala de la vía de escape para contarle al mundo las atrocidades de lo que ha sido testigo.

Está basada en la vida real de Jürgen Hinzpeter, periodista de la ARD, el servicio público alemán de radiodifusión. Fue el film elegido por Corea del Sur para representar al país en los Premios de la Academia y proyectada como película de apertura en la 5° edición del Festival de Cine Coreano en Buenos Aires.