2003 |
Argentina

Un día en el paraíso

Un día en el paraíso

Director: Juan Bautista Stagnaro
Reparto: Araceli González, Claudia Fontán, Guillermo Francella, Javier Lombardo
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 5,7/10 |
Letterdbox: 3,1/5

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El fotógrafo de una revista (Guillermo Francella) se encuentra con una top model (Araceli González) en un desfile de verano y el amor surge a primera vista. Sin embargo, nada es lo que parece y el camino para concretar el romance se vuelve más largo de lo pensado.
Conocido como uno de los capocómicos más populares de América latina, Guillermo Francella comenzó a buscar nuevos registros con esta comedia romántica que fue la película argentina más vista en 2003.

Aquí interpreta a Reynaldo/Roy, reportero gráfico que cubre un desfile de verano en Mar del Plata para la masiva revista Gente. En plan paparazzi furtivo, intenta tomar imágenes de una modelo, Brenda (Araceli González), mientras se cambia en un baño. Ella se enoja, le pide que le dè el rollo, pero de la tensión pasan al romance y deciden escapar juntos a la playa en plena noche. Ella le dice que es una top model reconocida en el exterior, que decidió regresar a Buenos Aires. Él afirma que es corresponsal fotográfico de National Geographic y vive de viaje por el mundo.

Con las primeras luces del amanecer, Reynaldo le dice que tiene que irse de forma urgente porque pierde el aviòn y se intercambian los teléfonos. En realidad, parte corriendo a la terminal de ómnibus para volver a Buenos Aires junto a su amigo Berardinelli (Javier Lombardo), el periodista que le consiguió la cobertura free lance para Gente.

Ya en la redacción, el editor le reprocha que las imágenes tomadas son pésimas y que la mayoría de ellas registran una modelo desconocida. Brenda tampoco es quien dice ser: acaba de llegar de un pueblo rural y trata de ganarse un lugar como modelo o como actriz, aunque en los castings suelen rechazarla.

El guión de Eduardo Mignogna juega con los simulacros de brillos y riquezas de la década de los 90 y su disolución con la crisis que atravesó Argentina entre 2001/2002. Nada es lo que parece. Reynaldo sueña con triunfar como ilustrador, pero debe arreglárselas con trabajos eventuales como fotógrafo, algunos bolos como extra en publicidades o tomar un empleo como preceptor de un colegio nocturno. El mismo camino debe tomar su amigo Berardinelli, que es periodista por las mañanas y preceptor por las noches. El periodismo se representa, entonces, como un empleo precarizado y mal pago.

Si bien tiene resoluciones apresuradas en la introducción y el desenlace, Un día en el paraíso está por arriba del promedio de las producciones comerciales que había protagonizado Francella hasta el momento.

Manuel Barrientos y Federico Poore