1941 |
Estados Unidos
Roar of the Press
Las viudas de la prensa
Director: Phil Rosen
Reparto: Jean Parker, Jed Prouty, Wallace Ford
Periodismo como tema: Central
IMDB: 5,6/10 |
Letterdbox: N/A/5
Alice, una chica de pueblo, visita por primera vez Nueva York en su luna de miel junto a su marido, Wally Williams, un periodista de primera línea del Globe. Pronto dan con dos cadáveres y una organización criminal.
Alice (Jean Parker), una joven de Vermont, se casa con el periodista Wally Williams (Wallace Ford) y viajan a Nueva York para pasar sus primeras noches como marido y mujer. Pero no bien se disponen a subir a su nuevo penthouse -que el periodista logró alquilar gratis gracias a una devolución de favores- ven a un hombre caer de un edificio. Ese hombre es un reconocido industrialista y su extraña muerte activa el olfato periodístico de Williams, que va corriendo a llamar al diario y le ofrece al copista suficiente material como para la primera edición. Su editor Gordon MacEwan (Jed Prouty) tiene otros planes, y no piensa dejarlo irse con su mujer hasta que siga las pistas que acaba de obtener.
La información incluye un papel que obtuvo de entre las pertenencias del muerto (cuando apareció la policía, huyó de la escena al grito de “Williams, del Globe”, seña de impunidad para los caballeros de la prensa) y que le sirven para dar con un segundo muerto, en un cuarto de hotel. Esta exclusiva colma la paciencia de las fuerzas de seguridad, que más tarde irrumpen en su nuevo hogar justo cuando se disponía a pasar algún tiempo con su mujer. “¿Penthouse? No pensé que los reporteros podían permitirse vivir en lugares como este”, dice el capitán de policía, enojado porque Williams estuvo “haciéndole creer a los contribuyentes que no sabemos de la existencia de cuerpo en la ciudad”). El periodista termina arrestado y así van varias veces que el cronista no logra ver a su amada, un poco a la manera de The Front Page (1931) y sus remakes.
Uno de los pocos rasgos redimibles del film es la aparición del “club de viudas de la prensa”, como indica el título en español del film, un grupo de mujeres casadas con periodistas que le advierten a Parker que los reporteros nunca se manejan con horarios regulares y que no pasará mucho tiempo hasta que su marido tenga una amante. Es precisamente la existencia de una ex novia insistente la que le sirve al editor para chantajear a Williams y lograr que se quede en la redacción una y otra vez. En una escena algo triste, Parker se queda esperando al marido para una cena romántica, pero él llega dos horas y media tarde con un periódico en el bolsillo y una picada, símbolo de la agitada vida del oficio. Otra buena escena muestra a los periodistas del Globe agrupados en torno a un teléfono llamando uno por uno a sus mujeres y viendo cómo reaccionan cuando les dicen que están yendo a cenar.
El film termina con un secuestro doble (de Williams y de su mujer) del que ambos salen ilesos tras enfrentarse ingeniosamente a los villanos. Para disgusto de su editor, esta vez el protagonista le da la exclusiva a las fuerzas del orden (y a los periodistas apostados en sede policial), logrando que todos los competidores salvo el Globe tengan la primicia de cómo se resuelve el misterio.
Wallace Ford exhibe buenos dotes para la comedia y Jean Parker acompaña muy bien, aunque el film no se eleva por encima del promedio en el enésimo intento por reciclar la historia de la esposa descuidada. Sí hay un diálogo memorable cuando la ex novia irrumpe en la redacción en busca del hombre que ahora se casó con otra. “¡¿A dónde está ese traicionero?!”, le espeta al editor. “Disculpe, señorita, pero esa descripción le cabe a prácticamente todas las personas que conozco”.
Manuel Barrientos y Federico Poore