204
1987 |
Francia
Masques
Masks
Director: Claude Chabrol
Reparto: Bernadette Lafont, Philippe Noiret, Robin Renucci
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,9/10 |
Letterdbox: 3,4/5
N Berlín, N César
Contratado para escribir la biografía de una personalidad de la televisión, un reportero pasa unos días en la finca del hombre junto a su excéntrica familia.
Christian Legagneur (un magnífico Philippe Noiret) es el presentador de un exitosísimo programa televisivo en el que personas mayores buscan pareja. Un joven escritor y periodista, Roland Wolf, quiere escribir su biografía. Aprovechando que su ciclo no se emitirá por un partido de fútbol, Legagneur invita a Wolf a su palacete de campo. Allí, el periodista le realiza una entrevista extensa y analizan distintas emisiones del ciclo, mientras también se va involucrando con el misterioso entorno del animador televisivo.
“Elegí esta profesión porque la gente me resulta simpática, conmigo se muestran como son”, dice Legagneur. Wolf le indica que es un actor “magnífico”, pero él le dice que no, que realmente se involucra en las situaciones que se viven en el set. Y el biografiado le advierte al biógrafo: “A todos los periodistas les gusta jugar a ser cínicos, pero tiene que tener cuidado, porque usted puede conocer tanto de mí como yo saber todo acerca de usted”.
En la tradición de Hitchcock (de quien toma hasta un pasaje musical de Alfred Hitchcock Presenta), Chabrol construye con habitual precisión este juego de máscaras, en el que nada parece lo que en realidad es, porque en realidad lo que se pone en crisis es el estatuto de la verdad; y aprovecha para develar las imposturas e hipocresías de la burguesía francesa y asestar un golpe cinematográfico al star system televisivo.
“Elegí esta profesión porque la gente me resulta simpática, conmigo se muestran como son”, dice Legagneur. Wolf le indica que es un actor “magnífico”, pero él le dice que no, que realmente se involucra en las situaciones que se viven en el set. Y el biografiado le advierte al biógrafo: “A todos los periodistas les gusta jugar a ser cínicos, pero tiene que tener cuidado, porque usted puede conocer tanto de mí como yo saber todo acerca de usted”.
En la tradición de Hitchcock (de quien toma hasta un pasaje musical de Alfred Hitchcock Presenta), Chabrol construye con habitual precisión este juego de máscaras, en el que nada parece lo que en realidad es, porque en realidad lo que se pone en crisis es el estatuto de la verdad; y aprovecha para develar las imposturas e hipocresías de la burguesía francesa y asestar un golpe cinematográfico al star system televisivo.
Manuel Barrientos y Federico Poore