Loving Pablo

Basada en el exitoso libro autobiográfico "Amando a Pablo, odiando a Escobar" de la periodista, modelo y locutora colombiana Virginia Vallejo,​ reúne a Javier Bardem, Penélope Cruz y Fernando León (director de Los lunes al sol) en torno a la figura de Pablo Escobar. Sin embargo, nada está a la altura de lo esperado.

En 1981, Vallejo (Penélope Cruz) es una famosa periodista y presentadora de noticias de televisión que es invitada a una fiesta en la finca de Pablo Escobar para anunciar la apertura de una sociedad filantrópica. Es, también, la constitución del famoso Cartel de Medellín.

Seducida por el carisma, el dinero y las acciones benéficas de Escobar en los barrios populares, Vallejo inicia una historia de amor clandestina con el líder narco. El romance también ayuda a darle mayor popularidad a Escobar y catapultar su carrera política tras su postulación a la Cámara de Representantes. El periodismo televisivo es exhibido como parte de la nueva clase alta colombiana, que integra junto a empresarios, políticos, modelos, futbolistas y narcotraficantes.

Vallejo acompaña a Escobar en sus recorridas por las barriadas, donde los jóvenes lo honran y las familias le agradecen por la construcción de nuevas viviendas. En su informe televisivo, ella lo presenta como “el Robin Hood paisa” y le da aire para que triunfe en las elecciones para el Congreso colombiano. Vallejo se vanagloria porque Escobar le permite acceder a un mundo de islas paradisíacas, aviones privados, la última moda neoyorquina y, al mismo tiempo, conocer de primera mano cómo se va conformando esa nueva trama de millonarios ligados al narco.

“Los colombianos no prenden la tele para verme a mí, sino para ver cómo me visto”, comenta Vallejo, mientras narra cómo Escobar le regala miles de dólares para gastar en las tiendas de Nueva York. Pero si en un primer momento la periodista apelaba a la idea de que no le importaba cómo sacaba el dinero Escobar sino cómo lo usaba a favor de las clases populares, esa imagen idealizada se va desmoronando cuando descubre cómo el capo narco asesina ministros, implanta un ejército de sicarios y censura, amenaza y dicta la muerte de periodistas.

La caída del imperio Escobar es también la caída de Vallejo, quien es echada de la cadena de televisión por una “decisión artística” y luego sufre la pérdida de sus contratos publicitarios. “Las cadenas de televisión son como los hombres, en algún momento tienes que dejarlos para que te valoren”, dice Vallejo, cuando aún tiene margen para la ironía. Acorralada y sin trabajo, finalmente la periodista decide traicionar a Escobar y entregarlo a la DEA.

La torpeza de la puesta en escena y la decisión absurda de que los actores hablen en inglés con acento colombiano con algunos pocos insultos en español hiere casi de muerte la búsqueda de dotar de humanidad y complejidad al personaje de Escobar que se había propuesto Bardem, también productor de la película.