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1951 |
Estados Unidos

Ace in the Hole / The Big Carnival

Cadenas de roca / El gran carnaval

Director: Billy Wilder
Reparto: Jan Sterling, Kirk Douglas, Porter Hall, Robert Arthur
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 8,1/10 |
Letterdbox: 4,2/5

N Oscar, G Venecia

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Un periodista frustrado que trabaja para un periódico de Albuquerque explota el caso de un hombre atrapado en una cueva para revivir su carrera, pero la situación pronto se convierte en un circo fuera de control.
Si Sunset Blvd. (1950) había sido un estiletazo zumbón contra la prensa, un año después Billy Wilder le propinó el cross definitivo con esta obra central en la representación acerca del cinismo del periodismo y los medios de comunicación. Probablemente, una de las más crudas y divertidas de la historia. Y, sin dudas, de las más reversionadas.

“Soy un periodista de 250 dólares a la semana. Se me puede contratar por 50. Conozco los periódicos por delante y por detrás, de arriba abajo. Sé escribirlos, publicarlos, imprimirlos, empaquetarlos y venderlos. Puedo encargarme de las grandes noticias y de las pequeñas. Y, si no hay noticias, salgo a la calle y muerdo a un perro. Dejémoslo en 45”, dice el reportero Charles Tatum (Kirk Douglas) cuando se presenta en la redacción de un pequeño periódico de Albuquerque a ofrecer sus servicios. Se escucha el ruido de las máquinas de escribir que funcionan a puro galope y se observa un cartel bordado que gobierna las oficinas: “TELL THE TRUTH”. El dueño del medio es el abogado Jacob Q. Boot (Porter Hall), quien corrige con rigor cada artículo que se publica y prohíbe a sus empleados la ingesta de alcohol.

Tatum es un cronista experimentado, que supo triunfar en Nueva York, pero su pasado reciente incluye problemas con la bebida y con las mujeres. Así que sus opciones están en baja y termina como redactor jefe en este Albuquerque Sun Bulletin. Después de un año, en lo que parece una suerte de condena a prisión perpetua, está al borde de la crisis de abstinencia de noticias. Allí lo más importante parecen ser los concursos de sopas y los tornados que no suceden. Hasta que un día Boot lo envía a realizar un artículo sobre la competencia anual de caza de cascabeles que se realiza en otra localidad cercana de Nuevo México. Tatum tiene sus reparos: “Yo no fui a la universidad, pero sé lo que es una noticia. Antes de escribir periódicos, los vendía en la esquina. ¿Sabés lo que aprendí? Las malas noticias venden más, porque las buenas noticias no son noticia”. Pero hacia allá va. Y en un restaurante y motel de una carretera polvorienta se activa su olfato periodístico. La mujer del dueño del bar cuenta que su esposo quedó atrapado en una mina mientras buscaba minerales preciosos. Si Tatum se siente atrapado desde hace un año en esos lugares en los que nada ocurre, la cobertura del drama de un hombre atrapado puede convertirse en su boleto de regreso a las grandes ligas.

En ese pueblo vacío, Tatum es ambicioso e intrépido y está dispuesto a todo para convertir esa historia de interés humano en un espectáculo de alcance nacional. No duda ni un segundo. Ingresa a la gruta y hace tomar fotografías del hombre atrapado. Con esa imagen del minero agonizante crea el mito: “El Tutankamón de Nueva México”. Sabe que el sheriff quiere ser reelecto en el cargo y lo busca como aliado: “Soy su jefe de campaña, lo ayudaré a ganar elecciones”; lo seduce, promete convertirlo en un héroe. A cambio, pide exclusividad y retrasar el rescate. Necesita una semana para que el hecho se transforme en la gran noticia global.

Con ese objetivo, llama a sus antiguos jefes neoyorquinos para que la información comience a escalar. Y llegan las emisoras radiales, reporteros de prensa, simples curiosos. Tatum tiene el control de la situación, es el amigo del hombre atrapado, controla a las autoridades locales, se convierte en un ídolo popular. “Yo estoy en el barco, ustedes están en el agua”, les dice a sus colegas. Mientras, el lugar se convierte en un gran circo.

El director del periódico es la conciencia moral del filme. Sabe la verdad, conoce los arreglos de su periodista con el sheriff, lo acusa de hacer “periodismo amarillo y sensacionalista”. Tatum hace oídos sordos, mientras recibe ofertas de diarios de todo el país y negocia un suculento contrato con el medio neoyorquino que lo había despedido. El arribo de las cadenas de televisión es la dinamita que faltaba para que el caso termine de explotar.

Primera película en la que Billy Wilder es director, guionista y productor; es, además, uno de los mejores papeles del gran Kirk Douglas. Ganó dos premios en el Festival de Venecia. Sin embargo, en Estados Unidos no fue bien recibida, acaso un espejo demasiado cruento en el cual mirarse. El estudio cambió el título de Ace in the Hole a The Big Carnival para tratar de superar el fracaso inicial en la taquilla, pero no funcionó. Años más tarde, Wilder reconoció que la película tuvo un impacto negativo en su carrera, aunque también sostuvo que fue una de sus mejores obras. De todos modos, no fue la última de las cintas en la que arremetió contra los medios: en 1966 rodó The Fortune Cookie y en 1974 llevó adelante una nueva adaptación de The Front Page.

Manuel Barrientos y Federico Poore