2022 |
México

Bardo

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades

Director: Alejandro G. Iñárritu
Reparto: Daniel Giménez Cacho, Griselda Siciliani, Ximena Lamadrid
Periodismo como tema: Intermedio
star
IMDB: 6,7/10 |
Letterdbox: 3,5/5

G Venecia, N San Sebastián

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Un reconocido periodista y documentalista mexicano regresa a su país y enfrenta su identidad, sus afectos familiares y la nueva realidad de México.

El periodista mexicano Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho) vive con su familia en Los Ángeles. Convertido en documentalista, sus trabajos se han vuelto cada vez más personales y subjetivos.

Silverio está a punto de recibir un prestigioso premio al periodismo en los Estados Unidos, país que se enfrenta a crecientes tensiones diplomáticas con México por el intento de Amazon de comprar el estado de Baja California. En este marco, Silverio responde a la invitación del embajador norteamericano (Jay O. Sanders) y le recuerda su intención de entrevistar al presidente Halbrook.

"Creo que al fin te podré ayudar", le dice el embajador. "¿Qué te parecería una entrevista exclusiva? El presidente y tú. Una hora. En el Despacho Oval. (...) Pero deberás hacer algo por nosotros. (...) El presidente sabe que eres una voz importante en América Latina. (...) Y, al ganar el premio Alethea, ocuparás un lugar destacado en el mundo del periodismo de calidad". Silverio amaga con negarse. "Sabes que no aceptaré cambiar mi discurso", "Pensé que no lo habías escrito", "No.", "Entonces no tendrás que cambiarlo…"

Más adelante, y temeroso de ser criticado al aire, Silverio no asiste a una entrevista pautada con Luis (Francisco Rubio), un antiguo amigo suyo y conductor del programa de televisión más popular del país. El protagonista no devuelve las llamadas de Luis y al encontrárselo en una fiesta ambos se dicen lo que piensan del trabajo del otro. "Rompiste todas las reglas del buen periodismo: a la chingada con la objetividad, la neutralidad, la historia, la verdad. Y, lo peor de todo, no pudiste con tu pinche ego y te metiste en la película, cabrón. Usaste las glorias de la historia para hablar de ti mismo. ¿Quién te crees?", le espeta Luis. (Toda la línea podría ser leída como una autocrítica de Iñarritu a su propia obra, la cual no obstante no hace más que subrayar el carácter egocéntrico y narcicista del director). Silverio se ríe de las “certezas” y la “limitada inteligencia crítica” del conductor: "Me río de tu nacionalismo chato, provinciano, patriotero. De verte al servicio de la industria de la humillación pública y el linchamiento digital. De esos clics que nos dicen qué tenemos que creer, el nuevo gran negocio de las corporaciones. Mírate. Tan vulgar. Tan resentido y, además, orgulloso de serlo. Eres un impostor, mendigando likes en las redes sociales, yendo por la vida con guaruras, amigo del presidente y de las ideologías, de las idioteces de moda. Eres la imagen perfecta del periodista de hoy, Luis. Entretenedor, opinionista. Por gente como tú nos hemos quedado sin verdad."

Como otras películas de Iñárritu, Bardo es extravagante, excesiva y exasperante. “Iñárritu tiene muchas cosas en la cabeza aquí, ponderando los pecados y las virtudes de su historia personal y pública. Pero a medida que Bardo se alarga y se alarga y se alarga, la película se convierte en algo solipsista y metadiscursivo”, escribió Richard Lawson en Vanity Fair.

Manuel Barrientos y Federico Poore