103
1956 |
Estados Unidos
Beyond a Reasonable Doubt
Más allá de la duda
Director: Fritz Lang
Reparto: Dana Andrews, Joan Fontaine, Sidney Blackmer
Periodismo como tema: Central
IMDB: 6,9/10 |
Letterdbox: 3,4/5
Un novelista y un editor buscan demostrar cómo un célebre abogado ha estado utilizando pruebas circunstanciales en juicios por delitos punibles con la pena de muerte.
Un novelista (Dana Andrews) necesita un argumento para trabajar en su nuevo libro. Su futuro suegro (Sidney Blackmer) es dueño de un periódico y un férreo militante por la abolición de la pena de muerte. Juntos idean un plan para engañar a la justicia y demostrar las fallas del sistema de acusación. Pero nada sale como lo ideado.
Última película de la etapa Hollywood del gran Fritz Lang, Más allá de la duda es una película austera en términos formales, y demasiado abundante en vueltas de tuerca. Su eje central es uno de los grandes tópicos de Lang: la crítica al sistema judicial norteamericano.
Austin Spencer (Blackmer) es el prestigioso dueño del Press Herald. En sus editoriales, es un férreo militante por la abolición de la pena capital. “Creo que el Estado no puede ejecutar a nadie”, sostiene. Tiene la mira puesta en el fiscal general Roy Thompson, a quien respeta por su solvencia técnica, pero considera que está edificando su campaña a la gobernación por medio de las ejecuciones. El futuro yerno de Spencer es Tom Garrett (Andrews), quien trabajó en su periódico pero dejó el puesto para escribir su exitosa primera novela. La editorial lo apura para que entregue los originales de su segundo libro, está empantanado y decide postergar su casamiento. Garrett proviene de las clases populares y esa boda con Susan Spencer (Joan Fontaine) representa un ascenso social. “Mi hija tiene gustos caros. No hubiera podido costearlos con el sueldo que yo le pagaba en mi periódico. Por eso lo dejé ir para que pudiera escribir su novela”, le dice Spencer con cierta dulzura. Los intereses de Spencer y Garrett confluyen y deciden poner en marcha un plan arriesgado: plantar pruebas para que Garrett sea acusado del asesinato de una joven bailarina.
Spencer envía a un periodista de su diario a husmear qué elementos tiene la fiscalía y la policía sobre el caso. Con esos datos, van configurando su plan. También van documentando con fotografías y facturas de compras cada uno de los pasos, para esclarecer sus maniobras luego de que Thompson y el jurado acusen a Garrett.
El juicio alcanza una amplia cobertura de los medios. Lang muestra a Spencer, su hija y su abogado siguiendo las audiencias por medio de la televisión y la radio. La trama, sin embargo, da un giro inesperado (no será el único) y Susan Spencer da la orden de que el periódico juegue a favor de Garrett, para lograr que la opinión pública se sensibilice y el gobernador indulte a su prometido.
Última película de la etapa Hollywood del gran Fritz Lang, Más allá de la duda es una película austera en términos formales, y demasiado abundante en vueltas de tuerca. Su eje central es uno de los grandes tópicos de Lang: la crítica al sistema judicial norteamericano.
Austin Spencer (Blackmer) es el prestigioso dueño del Press Herald. En sus editoriales, es un férreo militante por la abolición de la pena capital. “Creo que el Estado no puede ejecutar a nadie”, sostiene. Tiene la mira puesta en el fiscal general Roy Thompson, a quien respeta por su solvencia técnica, pero considera que está edificando su campaña a la gobernación por medio de las ejecuciones. El futuro yerno de Spencer es Tom Garrett (Andrews), quien trabajó en su periódico pero dejó el puesto para escribir su exitosa primera novela. La editorial lo apura para que entregue los originales de su segundo libro, está empantanado y decide postergar su casamiento. Garrett proviene de las clases populares y esa boda con Susan Spencer (Joan Fontaine) representa un ascenso social. “Mi hija tiene gustos caros. No hubiera podido costearlos con el sueldo que yo le pagaba en mi periódico. Por eso lo dejé ir para que pudiera escribir su novela”, le dice Spencer con cierta dulzura. Los intereses de Spencer y Garrett confluyen y deciden poner en marcha un plan arriesgado: plantar pruebas para que Garrett sea acusado del asesinato de una joven bailarina.
Spencer envía a un periodista de su diario a husmear qué elementos tiene la fiscalía y la policía sobre el caso. Con esos datos, van configurando su plan. También van documentando con fotografías y facturas de compras cada uno de los pasos, para esclarecer sus maniobras luego de que Thompson y el jurado acusen a Garrett.
El juicio alcanza una amplia cobertura de los medios. Lang muestra a Spencer, su hija y su abogado siguiendo las audiencias por medio de la televisión y la radio. La trama, sin embargo, da un giro inesperado (no será el único) y Susan Spencer da la orden de que el periódico juegue a favor de Garrett, para lograr que la opinión pública se sensibilice y el gobernador indulte a su prometido.
Manuel Barrientos y Federico Poore