1945 |
Estados Unidos

Blood on the Sun

Sangre sobre el sol

Director: Frank Lloyd
Reparto: James Cagney, Porter Hall, Sylvia Sidney
Periodismo como tema: Intermedio
star
IMDB: 6,0/10 |
Letterdbox: 2,9/5

G Oscar

Plataformas donde mirarla en tu país:

En la década del treinta, un abnegado reportero norteamericano busca desenmascarar el plan de dominación mundial del gobierno japonés.

El periodista Nick Condon (James Cagney), uno de los principales editores del Tokyo Chronicle, está en la mira de los censores japoneses por sus artículos sobre el gobierno. Cuando funcionarios locales le exigen que revele la fuente de su reportaje sobre el Plan Tanaka, Condon responde: “El nombre del traidor es la prensa norteamericana. Este artículo apareció en tres periódicos de Nueva York”. El cronista tampoco se lleva bien con el dueño del Chronicle, quien le objeta un artículo suyo que sugiere que un empresario japonés es un Hitler en potencia ("Miles de empresarios norteamericanos tienen derecho a leer rumores como éste", responde el protagonista).

Tras el asesinato de otro periodista y su mujer, Condon toma el asunto en sus propias manos y busca por todos los medios exponer el Plan Tanaka a pesar del gobierno japonés y de una espía de nombre Iris Hilliard (Sylvia Sidney) de la que, obviamente, se enamora. Gracias a un reportero inescrupuloso (Rhys Williams), Condon se entera de la conspiración en su contra y logra filtrar el documento antes de enfrentarse a la policía secreta a golpes de judo. La escena final es pura propaganda norteamericana, esperable para un film estrenado entre abril y junio de 1945.

Cagney es una de las pocas cosas destacables en una película unidimensional en su intento por mostrar al corresponsal valiente, temerario y desfachatado (con alguna excepción en dos escenas al principio, con periodistas emborrachándose de día). "Llegando cerca del final de la guerra, el film ofrece una de las últimas representaciones de corresponsales involucrándose directamente en el conflicto hasta que períodos posteriores (y otras guerras) recurrieron nuevamente a la fórmula", explica Richard R. Ness.

Manuel Barrientos y Federico Poore