Born Yesterday

El magnate de la chatarra Harry Brock (Broderick Crawford) llega a Washington DC junto a su amante, la ex corista Billie Dawn (Judy Holliday) con el objetivo de ganar respetabilidad en el mundo político. Pronto se da cuenta que no va a llegar muy lejos si no corrige los modos toscos de su acompañante, por lo que decide contratar a Paul Verrall (William Holden), un periodista, para que la instruya. Por 200 dólares a la semana, Verrall le enseña una cosa o dos sobre literatura, historia y política o pronto Billie se convierte en una mujer inteligente e independiente (además de enamorarse de Verrall).

Consciente de que ya no quiere saber más nada con Harry, Billie organiza con su novio periodista un esquema que la ayudará a salir de la relación, incluyendo documentos comprometedores que Verrall se autoenvía por correo y que promete usar a modo de chantaje.

“Desafortunadamente para el magnate, y también para la película, el periodista logra reformar a Billie, y lo que gana en virtud lo pierde en interés. La segunda mitad es bastante gris: la película, como la exitosa obra de teatro en la cual se basa, se convierte en una clase de educación cívica”, escribe Pauline Kael. En efecto, la parte de la historia que ilustra las virtudes de la democracia norteamericana es demasiado sentimental y didáctica (no muy diferente al Frank Capra de Mr. Smith Goes to Washington), pero los diálogos filosos y, sobre todo, la interpretación de Judy Holliday la elevan por encima del promedio.