
2002 |
Estados Unidos
Chicago
Chicago
Director: Rob Marshall
Reparto: Catherine Zeta-Jones, Christine Baranski, Queen Latifah, Renée Zellweger, Richard Gere
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 7,2/10 |
Letterdbox: 3,7/5
G Oscar, G Golden Globes, G BAFTA
Dos asesinas desarrollan una feroz rivalidad mientras compiten por la publicidad, la celebridad y la atención de un sórdido abogado.
Basada en el exitoso musical de Broadway, narra la historia de dos mujeres artistas (o con aspiración de artistas) que se encuentran en prisión luego de asesinar a su pareja y a su amante, respectivamente. Con la ayuda de un abogado inescrupuloso (Richard Gere), Roxie Hardt (Renée Zellweger) y Velma Kelly (Catherine Zeta-Jones) buscan obtener los favores del periodismo con un doble objetivo: evitar ser condenadas a perpetua y, al mismo tiempo, volverse figuras reconocidas y ascender en el mundo del vodevil.
La búsqueda de la fama y su carácter efímero, en un mundo dominado por la cultura del espectáculo, es el eje central de este musical ambientado en la Chicago de los años 20. “En esta ciudad, el asesinato es una forma de entretenimiento”, sostiene “Mama” Morton, la jefa del penal interpretada por Queen Latifah.
De forma despiadada, Hardt y Kelly competirán por ocupar los titulares de la prensa para aspirar a ser las primeras en ser juzgadas… y absueltas. “Te mencionaron en el periódico de hoy, en la parte de atrás con los obituarios. El juicio de Velma Kelly ha sido aplazado indefinidamente. Siete palabras”, le enrostra Hardt cuando cree haber llegado a la cima.
Hay dos escenas emblemáticas acerca del imaginario social de los medios. Una. Para reclamar que se aceleren los tiempos de su causa, Hardt brinda una conferencia de prensa en los tribunales. Allí tanto la ama de casa que aspira ser una estrella como todos los cronistas son representados de forma explícita como marionetas que responden a las órdenes de un único ventrílocuo: el abogado personificado por Gere. Dos. Hunyak (Ekaterina Chtchelkanova) es la única de las seis detenidas por asesinato que es inocente. Sin embargo, es la primera mujer condenada a muerte. Su tránsito a la horca es representado, en paralelo, tanto en el patíbulo como en una sala de teatro. El mundo judicial y el del espectáculo se entrecruzan, se unen, se mimetizan, hasta culminar con la muerte y el aplauso fervoroso del público.
Antes de convertirse en un musical en los años 70 de la mano de Bob Fosse, Fred Ebb y John Kander, Chicago fue una obra de teatro escrita por la reportera y dramaturga Maurine Dallas Watkins, quien había tomado su propia experiencia como periodista para escribir una obra que se estrenó en 1926 y que sirvió de base para la aguda versión cinematográfica muda de 1927, dirigida por Frank Urson.
La búsqueda de la fama y su carácter efímero, en un mundo dominado por la cultura del espectáculo, es el eje central de este musical ambientado en la Chicago de los años 20. “En esta ciudad, el asesinato es una forma de entretenimiento”, sostiene “Mama” Morton, la jefa del penal interpretada por Queen Latifah.
De forma despiadada, Hardt y Kelly competirán por ocupar los titulares de la prensa para aspirar a ser las primeras en ser juzgadas… y absueltas. “Te mencionaron en el periódico de hoy, en la parte de atrás con los obituarios. El juicio de Velma Kelly ha sido aplazado indefinidamente. Siete palabras”, le enrostra Hardt cuando cree haber llegado a la cima.
Hay dos escenas emblemáticas acerca del imaginario social de los medios. Una. Para reclamar que se aceleren los tiempos de su causa, Hardt brinda una conferencia de prensa en los tribunales. Allí tanto la ama de casa que aspira ser una estrella como todos los cronistas son representados de forma explícita como marionetas que responden a las órdenes de un único ventrílocuo: el abogado personificado por Gere. Dos. Hunyak (Ekaterina Chtchelkanova) es la única de las seis detenidas por asesinato que es inocente. Sin embargo, es la primera mujer condenada a muerte. Su tránsito a la horca es representado, en paralelo, tanto en el patíbulo como en una sala de teatro. El mundo judicial y el del espectáculo se entrecruzan, se unen, se mimetizan, hasta culminar con la muerte y el aplauso fervoroso del público.
Antes de convertirse en un musical en los años 70 de la mano de Bob Fosse, Fred Ebb y John Kander, Chicago fue una obra de teatro escrita por la reportera y dramaturga Maurine Dallas Watkins, quien había tomado su propia experiencia como periodista para escribir una obra que se estrenó en 1926 y que sirvió de base para la aguda versión cinematográfica muda de 1927, dirigida por Frank Urson.
Manuel Barrientos y Federico Poore