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1952 |
Estados Unidos

Deadline – U.S.A.

El cuarto poder / La hora de la venganza

Director: Richard Brooks
Reparto: Charles Tannen, Ethel Barrymore, Humphrey Bogart, Jeffrey Sayre, Kim Hunter
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 7,2/10 |
Letterdbox: 3,5/5

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Un editor trata de salvar el cierre de su periódico mientras investiga el asesinato de una mujer a manos de un matón.
Ed Hutcheson (Humphrey Bogart), el decidido editor de The Day, se entera de que los herederos del periódico van a venderle la publicación a la competencia. Enfrentado a la idea de quedarse sin trabajo, al principio lo ve como una oportunidad para reconquistar a su mujer. Pero cuando uno de sus periodistas es golpeado por un grupo de matones, Hutcheson comienza una cruzada contra Rienzi, el gángster más importante de la ciudad, y busca la forma de vincularlo con el asesinato de una mujer... apenas tres días antes del cierre del Day.

Buena parte de la película muestra el enfrentamiento de Hutcheson con los herederos del dueño del diario. Hutcheson mantiene una excelente relación con Ethel Barrymore, la viuda del dueño (y una de las pocas publishers en ser mostrada de manera favorable en el cine), pero Kitty y Alice, las hijas de Barrymore y accionistas mayoritarias, buscan deshacerse del diario y vendérselo al Standard, uno de los principales grupos comerciales del país, que ya anunció los deseos de cerrar The Day.

Una de las escenas más potentes de la película tiene lugar en un bar en el que los periodistas se reúnen a beber tras el anuncio de que el diario va a cerrar. Los trabajadores arman una suerte de “funeral” colocando una serie de velas en torno a la tapa del diario. Luego de muchas películas que muestran una competencia feroz y despiadada entre colegas, aquí una escena de camaradería en torno al noble oficio del periodismo. "Vine a partir de la información que encontré en un semanario sensacionalista y le pedí trabajo al viejo John Garrison. '¿Eres periodista o reportero?', me preguntó. '¿Cuál es la diferencia?', respondí. 'Un periodista se convierte en el héroe de la historia. Un reportero es sólo el testigo'", rememora uno de los cronistas. "Es un bonito cadáver, una pena lo del pobre muerto. Le conocí bien. Le di los 14 años más maravillosos de mi vida, ¿y qué recibí a cambio? 81 dólares en el banco, dos maridos muertos y dos o tres hijos que siempre quise pero que nunca tuve. Cubrí todos los temas. Desde ejecuciones hasta escándalos amorosos. Me cayeron algunos techos encima, perdí dos o tres dientes y nunca pude ver París. Pero, ¿sabes algo? No cambiaría esos años por nada del mundo", recuerda otra veterana periodista. Ed, mientras tanto, critica el estilo del tabloide rival: "Ya no basta con darles sólo noticias. Quieren cómics, concursos, rompecabezas. Quieren saber cómo hacer un pastel, ganar amigos e influir en el futuro. Ergo, horóscopos, consejos sobre las carreras de caballos, interpretación de los sueños para ganar la lotería. Y, si accidentalmente tropiezan con la primera página... ¡noticias!". Los periodistas del diario se van y el editor queda solo en el bar, borracho. Un joven se le acerca a pedirle trabajo. Luego de hacerle un par de preguntas y comprobar que en verdad no tiene lo que hace falta para conseguir una corresponsalía en París como quiere, le dice: "Sobre esto de querer ser periodista, no cambies nunca de opinión. Puede que no sea la profesión más antigua, pero es la mejor". Dato casi único para la época: la relación con los anunciantes. Mr. Wharton, uno de los principales anunciantes del diario, queda involucrado en un romance extramatrimonial con una joven que aparece muerta, Al principio, Hutcheson se mantiene incólume frente a la postura de publicar la noticia “caiga quien caiga” pero tras hablar en persona con Mr. Wharton obtiene más información sobre el gángster al que intenta vincular con el crimen y acuerda no mencionar el tema del romance, cuidando al anunciante, siempre y cuando la información brindada sobre el gángster pruebe ser cierta. En paralelo, se da una relación de mutua desconfianza entre periodistas y matones. De manera polémica, los periodistas le pagan (y mucho) a las fuentes por información.

Sobre el cierre, y a pesar de las amenazas, Hutcheson publica la información que incrimina al matón. “Ésa es la prensa, nene", dice Hutchenson junto a la rotativa, atendiendo el llamado intimidante de Rienzi. "¡La prensa! Y no hay nada que puedas hacer al respecto. ¡Nada!”.

Uno de los mayores aciertos de la película es poner a Humphrey Bogart a interpretar a Hutcheson. Esto le da un aire de insolencia pero también de respetabilidad al personaje principal, que puede ser a la vez duro y profesional. Otra gran cualidad de la película es su tono trágico: escondido detrás de la gran victoria del protagonista, y del Bien sobre el Mal, está el hecho de que ese gran número de The Day es también su último. La última imagen de la película son las luces de neón de The Day apagándose por última vez. El diario cierra. “Deadline - U.S.A sugiere que un periodista puede ser un servidor público de traje y corbata y llamar ‘baby’ a un gángster al mismo tiempo, combinando el profesionalismo de la era moderna del periodismo con la imprudencia de su pasado mítico", dice Matthew C. Ehrlich en Journalism in the Movies. "Sin embargo, la decisión de los productores de matar el diario al final -decisión tomada a favor del más duro realismo y de un final sensacional- también expuso los quiebres o puntos ciegos de este tipo de mitos.”

Manuel Barrientos y Federico Poore