The Terror Live

El reconocido periodista Yoon (Ha Jung-woo), conductor de un programa matutino en la radio, recibe la llamada de un oyente enojado. Contrariado por el mal momento al aire, le ordena a su equipo de producción que vaya a un corte comercial mientras intenta deshacerse del personaje, que fuera de micrófono insiste en que está a punto de volar un importante puente de Seúl. No pasa mucho hasta que el periodista (y los propios espectadores) sepa que las amenazas van en serio: a lo lejos se escuchan explosiones en el puente Mapo. Yoon amaga con llamar a la policía pero enseguida se arrepiente y le ordena a los integrantes de la producción que tampoco lo hagan: esto va a ser una nota exclusiva. En paralelo, llama a su jefe Cha (Lee Kyung-young) y le acerca una oferta: dejarse filmar entrevistando al presunto terrorista para su canal de noticias a cambio de un regreso al prime time televisivo. Luego le deja un mensaje a su ex mujer, también periodista, sugiriendo que esta gran exclusiva los volverá a unir. Con todo preparado, el conductor regresa al estudio y retoma el llamado con el autor de los hechos. La película, que se desarrolla en tiempo real, no hará más que mostrar este juego del gato y el ratón entre ambos. Toda la presión recae sobre Yoon, que debe negociar su situación en tiempo real con la persona al otro lado de la línea mientras en simultáneo es bombardeado con reclamos de su jefe Cha (que cerró su propio acuerdo con sus superiores si es que la emisión supera determinado porcentaje de market share), de funcionarios del gobierno y hasta de la jefatura de policía. Todos los periodistas en el piso muestran ambiciones desmedidas, desde el protagonista (quien, según se devela en el film, aceptó sobornos en el pasado y hasta le robó una exclusiva a su ex esposa) hasta sus competidores de otros canales de noticias, que van tan lejos como hasta chantajearlo en vivo con información sobre su pasado. Los únicos que parecen estar a salvo de este estado de inmoralidad generalizada son los movileros que relatan desde el lugar de los hechos. Tanto unos como otros tendrán un destino trágico, que no puede sino leerse como una especie de apocalipsis purificador para el gremio.

La película está filmada con pulso firme y la eficacia característica del cine coreano del siglo XXI. Ha Jung-woo, actor al que vemos en pantalla durante buena parte del metraje, volvería a aparecer en 1987: When the Day Comes (2017), otro film de Corea del Sur donde la prensa juega un rol clave, aunque en este caso encarnando a un fiscal honesto.