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1982 |
Alemania Federal

Die Sehnsucht der Veronika Voss

La ansiedad de Veronika Voss / El deseo de Veronika Voss

Director: Rainer Werner Fassbinder
Reparto: Cornelia Froboess, Hilmar Thate, Rosel Zech
Periodismo como tema: Intermedio
star
IMDB: 7,7/10 |
Letterdbox: 3,9/5

G Berlín

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Una famosa actriz alemana en el ocaso de su carrera recurre al alcohol y a las drogas con la esperanza de recuperar la fama perdida.
Munich, 1955. Un periodista deportivo, Robert Krohn (Hilmar Thate), conoce en una noche a una bella y misteriosa mujer. Luego sabrá que se trata de Veronika Voss (Rosel Zech), una gran diva que tuvo su apogeo durante el nazismo, bajo los favores del ministro de propaganda Joseph Goebbels. La búsqueda inicial se transforma en una obsesión, y Krohn descubre que la actriz está en el ocaso de su carrera, intentando tener una nueva oportunidad en el cine -que sus antiguos productores esquivan- y totalmente adicta a la morfina, que le proporciona una neuróloga que dirige una oscura clínica psiquiátrica. Entre los celos y la atracción que le genera Voss, la novia de Krohn, una fotógrafa, también lo ayuda en la investigación, simulando ser una persona adinerada que necesita atención psicológica. Sin embargo, nada sale como lo planeado.

Fusión del policial negro y el drama romántico a la Douglas Sirk, Fassbinder dirige esta última parte de su trilogía sobre los excluidos por el “milagro económico” de la Alemania de posguerra (que incluyen a Die Ehe der Maria Braun y Lola).

La película tiene como una referencia clara Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950). Ambas tienen como personaje central a una gran diva que ha perdido su esplendor y no encuentra lugar en el sistema cinematográfico. La caída las hace lidiar con sus problemas de egolatría, la nostalgia de la gloria de antaño y una evidente inestabilidad psicológica (en el caso de Voss, agravada por su adicción a los opiáceos). También los personajes masculinos son similares: se trata de periodistas que, de modo fortuito, caen bajo el influjo de las grandes estrellas del cine de su infancia que, a su vez, ansían ser admiradas como en aquellos años. Con relación a la puesta en escena, ambas obras comparten el uso del blanco y negro muy contrastado, que recuerda la textura de los filmes de la época muda.

Al mismo tiempo, el personaje de Veronika Voss se inspira libremente en la vida de Sybille Schmitz, una de las figuras más importantes del cine alemán durante el nazismo, que desapareció de las pantallas luego de la Segunda Guerra Mundial y se suicidó en 1955 con una sobredosis de somníferos.

La figura del periodista deportivo aquí tiene una doble función. Por un lado, posibilita que, al modo de Citizen Kane, el relato se construya frente a los ojos del espectador a medida que avanza la investigación que lleva adelante Krohn, y así se van conociendo distintas circunstancias acerca del pasado fulgurante y el presente crepuscular de Voss. Por otro lado, Krohn está lejos de ser una estrella del periodismo y, en algún sentido, es otra de las personas que no han tenido los beneficios del milagro económico que vive la Alemania Occidental. “Mi vida es aburrida, sin victorias y sin derrotas”, le dice Krohn a Voss en uno de los primeros encuentros. El cronista puede ofrecerle “paraguas y protección” a la diva en una noche de lluvia, pero está lejos de brindarle un regreso a las primeras planas. A diferencia de la actriz, Krohn no ha conocido el éxito. Escribe poemas, pero los mantiene en secreto, y se queja de que debe levantarse temprano para cubrir lejanos partidos de fútbol. Atormentada y atormentante, Voss le señala: “Me gusta seducir hombres indefensos. Y usted es un hombre indefenso”. Y en la redacción, una compañera de la sección cultural le dice a Krohn en tono burlón: “¿Qué quieres con la Voss? ¿Jugar al fútbol?”

El oficio del periodismo hace avanzar la investigación y la trama, les posibilita al personaje y al espectador acceder a lugares privilegiados. Sin embargo, en el mundo sórdido de Fassbinder, no les permite salir de su lugar de derrotados. Y luego de sus coqueteos con el mundo de las celebridades (en descenso), Krohn vuelve al punto de partida: le indica a un taxista que lo acerque al estadio del Munich 1860.

Luego de alcanzar el Oso de Oro en el Festival de Berlín, Fassbinder murió pocos meses más tarde, en un final similar al de la protagonista de su película.

Manuel Barrientos y Federico Poore