55
2000 |
Estados Unidos, Argentina
El mismo amor, la misma lluvia
El mismo amor, la misma lluvia
Director: Juan José Campanella
Reparto: Eduardo Blanco, Ricardo Darín, Rodrigo de la Serna, Soledad Villamil, Ulises Dumont
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 7,2/10 |
Letterdbox: 3,5/5
Jorge (Ricardo Darín) es una joven promesa de la literatura argentina, pero vive de los cuentos románticos que escribe para una revista de actualidad. Un día conoce a Laura (Soledad Villamil), una camarera que espera el regreso de su novio.
En la Argentina de la última dictadura conocemos al escritor Jorge Pellegrini (Ricardo Darín), un prometedor talento de la literatura en español que se gana la vida escribiendo cuentos románticos para la revista Cosas. Una noche, Jorge conoce a Laura (Soledad Villamil), una camarera que se cansó de esperar a su novio artista, de viaje en Uruguay, y nace el amor entre ambos.
La fórmula de la comedia romántica le sirve de base a Campanella para componer una suerte de comentario social de los años que van desde principios de los ochenta hasta la década menemista. Con trazo muy grueso, se muestran episodios de censura o de exacerbación del carácter comercial de la revista, que arrancan por las trabas que le impone su jefe y mejor amigo, Roberto (Eduardo Blaco). “¿Termina bien el cuento? Si no termina bien, no te lo publico”, dice en un momento. “Si son más de cuatro páginas no te lo publico", dice en otro. También vemos al amigo y mentor de Jorge, Mastronardi (Alfonso De Grazia), pidiéndole trabajo en la revista a Roberto, que se lo niega argumentando que es riesgoso tomarlo luego de que el hombre haya firmado (justamente) una solicitada en contra de la censura.
Pasan los años y la revista Cosas decide dejar de publicar los cuentos de Jorge, a quien no obstante Roberto le ofrece un trabajo como crítico de cine y teatro (que rechaza, ofendido, para dedicarse a llevar una de sus historias al teatro). Para 1987, Jorge acepta la oferta como crítico; y ya en el menemismo está completamente entregado, pidiendo dinero a cambio de críticas favorables.
Los noventa son utilizados por Campanella para indicar, sin muchas sutilezas, el nivel de degradación a la que llegó el oficio. El joven Micky (Rodrigo de la Serna) es ahora el director de la publicación, y encara al veterano periodista Antonio Márquez (Ulises Dumont) para anunciarle que va a sacar uno de sus artículos políticos y va a encargarle, en su lugar, una nota liviana vinculada al mundo del espectáculo. "Pará, Micky, yo soy editorialista político, y esto de chisme, pachanga, cotilleo... ¿Por qué no la escribís vos?", dice Antonio. La discusión sube de tono mientras el cronista le recuerda su historia en el diario. "Antonito, como vos decís, es periodista político. Antonito, mal que mal, cubrió la caída de Saigón, cubrió un genocidio, cubrió una guerra contra dos potenciales mundiales. Estuvo en el fin de la dictadura, en el principio de la democracia, dos revueltas militares, cuatrocientos ministros... y ahora vos querés que Antonito se ponga a escribir pelotudeces sobre un viejo choto y una reventada."
El registro mainstream le sale sin esfuerzo a Campanella, que con este film consiguió un pequeño éxito de taquilla, aunque las asociaciones entre cada momento histórico (la dictadura, Malvinas, Alfonsín, el gobierno de Menem) y el rol que el periodismo cumplió en ellos se ven demasiado acartonadas.
La fórmula de la comedia romántica le sirve de base a Campanella para componer una suerte de comentario social de los años que van desde principios de los ochenta hasta la década menemista. Con trazo muy grueso, se muestran episodios de censura o de exacerbación del carácter comercial de la revista, que arrancan por las trabas que le impone su jefe y mejor amigo, Roberto (Eduardo Blaco). “¿Termina bien el cuento? Si no termina bien, no te lo publico”, dice en un momento. “Si son más de cuatro páginas no te lo publico", dice en otro. También vemos al amigo y mentor de Jorge, Mastronardi (Alfonso De Grazia), pidiéndole trabajo en la revista a Roberto, que se lo niega argumentando que es riesgoso tomarlo luego de que el hombre haya firmado (justamente) una solicitada en contra de la censura.
Pasan los años y la revista Cosas decide dejar de publicar los cuentos de Jorge, a quien no obstante Roberto le ofrece un trabajo como crítico de cine y teatro (que rechaza, ofendido, para dedicarse a llevar una de sus historias al teatro). Para 1987, Jorge acepta la oferta como crítico; y ya en el menemismo está completamente entregado, pidiendo dinero a cambio de críticas favorables.
Los noventa son utilizados por Campanella para indicar, sin muchas sutilezas, el nivel de degradación a la que llegó el oficio. El joven Micky (Rodrigo de la Serna) es ahora el director de la publicación, y encara al veterano periodista Antonio Márquez (Ulises Dumont) para anunciarle que va a sacar uno de sus artículos políticos y va a encargarle, en su lugar, una nota liviana vinculada al mundo del espectáculo. "Pará, Micky, yo soy editorialista político, y esto de chisme, pachanga, cotilleo... ¿Por qué no la escribís vos?", dice Antonio. La discusión sube de tono mientras el cronista le recuerda su historia en el diario. "Antonito, como vos decís, es periodista político. Antonito, mal que mal, cubrió la caída de Saigón, cubrió un genocidio, cubrió una guerra contra dos potenciales mundiales. Estuvo en el fin de la dictadura, en el principio de la democracia, dos revueltas militares, cuatrocientos ministros... y ahora vos querés que Antonito se ponga a escribir pelotudeces sobre un viejo choto y una reventada."
El registro mainstream le sale sin esfuerzo a Campanella, que con este film consiguió un pequeño éxito de taquilla, aunque las asociaciones entre cada momento histórico (la dictadura, Malvinas, Alfonsín, el gobierno de Menem) y el rol que el periodismo cumplió en ellos se ven demasiado acartonadas.
Manuel Barrientos y Federico Poore