
1939 |
México
El signo de la muerte
El signo de la muerte
Director: Chano Urueta
Reparto: Cantinflas, Carlos Orellana, Manuel Medel
Periodismo como tema: Central
IMDB: 5,8/10 |
Letterdbox: 3,0/5
Dos periodistas intentan entrevistar al director del Museo Nacional tras registrarse una serie de asesinatos de jóvenes mujeres que podrían estar ligados a un robo en dicho museo.
Una de las primeras incursiones de Cantinflas en el cine, El signo de la muerte es una mezcla extraña y confusa entre comedia física, comedia romántica, policial, exotismo cultural y el gore.
Con el Museo Nacional de México como locación real, narra una serie de asesinatos de jóvenes y bellas mujeres, que los diarios y la policía aseguran que son crímenes pasionales. Solo el periodista Carlos Manzano, de El Excelsior, entiende que pueden estar ligados al robo de una pieza del Códice Xilitla. Así, comienza a competir con su novia Lola Ponce, del diario La Nación, por obtener una entrevista con el prestigioso doctor Gallardo, director del Museo Nacional y máximo especialista en cultura prehispánica.
Con algo de espíritu de comedia slapstick, algo de comedia romántica a lo Capra y algo de policial torpe, no extraña que el héroe principal no sea un detective o un policía (que tardan siempre en reaccionar ante los asesinatos o robos) sino un reportero, la figura emblemática de la civilización frente a la barbarie prehispánica.
Se observa cómo Manzano escribe en su máquina de escribir su primera nota sobre el caso. “Horrendo sacrificio de bella jovencita. Leyenda precortesiana resucitada por un fanático. NOTA DE CARLOS MANZANO”, se lee en el papel posado en la máquina de escribir. Luego se ve la nota impresa en la portada de El Excelsior. De origen proletario, Manzano es un periodista elegante, de moño y pañuelo en el saco. Sin embargo, se explicita que tiene un motivo extra para avanzar con la investigación cuando el diario rival, La Nación, publica una recompensa de 10 mil pesos para quien aporte información del caso.
Manzano debe enfrentar diversos obstáculos para llegar a la verdad: la negativa de Gallardo, los regaños y la falta de apoyo de su director (que lo envía a la sección La esposa en la cocina, porque cree que se equivocó con el foco de su nota), el secuestro de su novia, y hasta su propio secuestro. Sin embargo, logra avanzar en su investigación, que trasciende lo periodístico, y desbarata a la banda de fanáticos y rescata a su novia.
Es extraña y ambigua, la representación del rol de la mujer. Lola Ponce es hábil, compite par a par con Manzano. Corajuda, no duda en hacerse pasar por una estudiante de antropología para entrevistar a Gallardo, o en ir a la casa del brujo sospechado por los homicidios y preguntarle sin titubeos por una de las jóvenes asesinadas. Es dura, fuma, hace guardias nocturnas, se jacta de obtener primicias. Sin embargo, sufre los ataques machistas de la redacción. Uno de sus compañeros grita: “No publicamos recetas de cocina en primera plana”.
Manuel Barrientos y Federico Poore