102
2014 |
Estados Unidos
Kill the Messenger
Maten al mensajero / Matar al mensajero
Director: Michael Cuesta
Reparto: Jena Sims, Jeremy Renner, Mary Elizabeth Winstead, Robert Patrick
Periodismo como tema: Central
IMDB: 6,9/10 |
Letterdbox: 3,2/5
Basada en la historia real del periodista estadounidense Gary Webb, que puso en evidencia las conexiones de la CIA con el mundo de la droga, y demostró que los barrios negros del país fueron inundados de crack mediante un narcotráfico destinado a abastecer de dinero y armas a la CIA.
Gary Webb (Jeremy Renner), periodista del San Jose Mercury News, entrevista a un narcotraficante que se queja de que el gobierno de los Estados Unidos expropió su casa incluso tras ser absuelto en el juicio en su contra. Su artículo sobre el tema dispara insistentes llamadas de una mujer llamada Coral (Paz Vega), quien más tarde le acerca un expediente judicial que Webb usa para intentar averiguar qué está pasando con las causas contra traficantes de drogas. Su investigación lo lleva a Oscar Danilo Blandón, un testigo protegido que sabe una cosa o dos sobre el rol de la CIA en el apoyo a los Contras y sus negocios ingresando droga a los Estados Unidos.
El Mercury News publica la investigación de Webb como un serial en tres partes titulado “Dark Alliance”. La pieza es un éxito inmediato. Humillados por haber perdido una primicia a manos de un periódico regional, Los Angeles Times, el Washington Post y el New York Times comienzan a investigar la cobertura de Webb y revolver en su pasado, incluso en su vida privada. Hasta su propio diario comienza a dudar de sus notas y terminan reubicándolo en una sección anodina de noticias locales. Básicamente se busca matar al mensajero, como indica el título del film, en lugar de profundizar los hallazgos periodísticos del artículo original.
Al recibir un premio, un deprimido Webb encara a la audiencia. “Mi primera nota fue sobre un perro que debería haber muerto, pero no lo hizo. Tenía 22 años. Era un artículo pequeño y estúpido, pero estaba orgulloso de él. Lo enmarqué y lo colgué en la pared. Y creí que ese día me había unido a un gremio secreto de periodistas. Si alguna vez hubo un creyente, ése fui yo. Mi última historia fue sobre un caballo policía de Cupertino, California, que murió de estreñimiento. No es broma. Empezar con un perro y acabar con un montón de mierda de caballo... hay algo de poesía en eso”, dice ante el micrófono, y agrega: “Sé que he cabreado a mucha gente a lo largo de los años, muchos de los cuales están en esta sala ahora mismo. Pero creo que eso es lo que hace un buen reportaje de investigación. Arruina las plumas.” La decepción viene al final. “Creía que mi trabajo consistía en contar al público la verdad, los hechos, bonitos o no, y dejar que la publicación de esos hechos cambiara la forma en que la gente ve las cosas y se ve a sí misma....”, se lamenta.
Kill the Messenger es una historia trágica porque narra cómo una investigación periodística que apunta a lo más alto del poder político termina destrozada por el propio cuarto poder, mientras los responsables de aquello que se denuncian salen casi intactos de la denuncia. El guión fue escrito por Peter Landesman, un periodista y novelista especializado en investigaciones no muy distintas a las encaradas por Webb en su momento.
“La película explora vetas mucho más profundas de las que finalmente termina extrayendo. Sin embargo, es un trabajo mordaz, inteligente y continuamente absorbente que se mueve entre la biopic, el thriller político y el cuento periodístico con moraleja, impulsada por la interpretación más completa de Jeremy Renner desde The Hurt Locker”, escribió Andrew Barker en Variety.
El Mercury News publica la investigación de Webb como un serial en tres partes titulado “Dark Alliance”. La pieza es un éxito inmediato. Humillados por haber perdido una primicia a manos de un periódico regional, Los Angeles Times, el Washington Post y el New York Times comienzan a investigar la cobertura de Webb y revolver en su pasado, incluso en su vida privada. Hasta su propio diario comienza a dudar de sus notas y terminan reubicándolo en una sección anodina de noticias locales. Básicamente se busca matar al mensajero, como indica el título del film, en lugar de profundizar los hallazgos periodísticos del artículo original.
Al recibir un premio, un deprimido Webb encara a la audiencia. “Mi primera nota fue sobre un perro que debería haber muerto, pero no lo hizo. Tenía 22 años. Era un artículo pequeño y estúpido, pero estaba orgulloso de él. Lo enmarqué y lo colgué en la pared. Y creí que ese día me había unido a un gremio secreto de periodistas. Si alguna vez hubo un creyente, ése fui yo. Mi última historia fue sobre un caballo policía de Cupertino, California, que murió de estreñimiento. No es broma. Empezar con un perro y acabar con un montón de mierda de caballo... hay algo de poesía en eso”, dice ante el micrófono, y agrega: “Sé que he cabreado a mucha gente a lo largo de los años, muchos de los cuales están en esta sala ahora mismo. Pero creo que eso es lo que hace un buen reportaje de investigación. Arruina las plumas.” La decepción viene al final. “Creía que mi trabajo consistía en contar al público la verdad, los hechos, bonitos o no, y dejar que la publicación de esos hechos cambiara la forma en que la gente ve las cosas y se ve a sí misma....”, se lamenta.
Kill the Messenger es una historia trágica porque narra cómo una investigación periodística que apunta a lo más alto del poder político termina destrozada por el propio cuarto poder, mientras los responsables de aquello que se denuncian salen casi intactos de la denuncia. El guión fue escrito por Peter Landesman, un periodista y novelista especializado en investigaciones no muy distintas a las encaradas por Webb en su momento.
“La película explora vetas mucho más profundas de las que finalmente termina extrayendo. Sin embargo, es un trabajo mordaz, inteligente y continuamente absorbente que se mueve entre la biopic, el thriller político y el cuento periodístico con moraleja, impulsada por la interpretación más completa de Jeremy Renner desde The Hurt Locker”, escribió Andrew Barker en Variety.
Manuel Barrientos y Federico Poore