Knocked Up

El periodismo cumple un rol lateral en el segundo film del director Judd Appatow, que venía de producir la comedia Anchorman: The Legend of Ron Burgundy.

Alison Scott (Katherine Heigl) vive en Los Angeles y trabaja como productora del canal de entretenimiento de la señal E!. Un día, su jefe le anuncia que finalmente tendrá un rol delante de cámaras. Celebrando su ascenso, sale a festejar a un bar, donde conoce al desalineado Ben Stone (Seth Rogen), un canadiense que vive con sus amigos y trabaja a tiempo parcial en un sitio web que presenta escenas editadas de desnudos de celebridades. Ambos tienen sexo y, si bien al principio todo queda como un encuentro casual, ocho semanas después Alison descubre que está embarazada.

El resto del film se ocupa de contar cómo esta pareja dispareja logra alinear su vida juntos (el hipster andrajoso y la joven centrada en sus objetivos profesionales, un motivo recurrente en las comedias románticas de aquellos años), aunque hay una escena más que muestra un conflicto profesional/periodístico cuando Alison busca la manera de esconder su incipiente embarazo en el trabajo, temerosa de que sus jefes la despedirán si se enteran. “No les voy a contar. Es ilegal que me despidan por este tema”, les dice a su hermana y su cuñado. “Y me van a dar tres meses de licencia por maternidad si me quedo. Así que no les diré.” Ben acota, sarcástico: “Es un buen plan hasta que rompe aguas sobre los zapatos de Robert De Niro”.

Ocho años más tarde Appatow dirigiría Trainwreck (2015), con otra mujer periodista (Amy Schumer), en este caso escritora en una revista para hombres.