
104
1970 |
Chile
La colonia penal
La colonia penal
Director: Raoul Ruiz
Reparto: Aníbal Reyna, Luis Alarcón, Mónica Echeverría, Nelson Villagra
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,2/10 |
Letterdbox: 3,2/5
Una periodista llega a la isla latinoamericana de Captiva, donde un dictador gobierna caprichosamente una sociedad que parece estar compuesta principalmente por hombres con uniforme militar, que hablan un idioma políglota.
Una corresponsal internacional es enviada a realizar un informe televisivo acerca de una antigua colonia de leprosos, que luego fue un penal y finalmente se convirtió en una república independiente. Allí entrevista al presidente-comandante Yáñez y registra esta sociedad conformada exclusivamente por reclusos y hombres uniformados que actúan bajo la voluntad del dictador. Basada en el relato En la colonia penitenciaria de Franz Kafka, este largometraje temprano del chileno Raúl Ruiz muestra una mirada satírica de la realidad latinoamericana y el periodismo internacional.
Mónica Echeverría interpreta a la periodista de una agencia internacional que llega a Cautiva, una pequeña isla del Pacífico, ubicada entre Perú y Ecuador, que proclamó su independencia bajo el mandato de la ONU. A pesar del aval de los organismos internacionales, impera un gobierno totalitario, en el que los habitantes deben obedecer a las órdenes arbitrarias y un tanto confusas del presidente.
La relación entre la reportera y Yáñez es ambivalente y contradictoria. El mandatario está preocupado por su reputación, pregunta qué fotos van a utilizar, busca ser agradable y condescendiente, canta, habla de poesía; luego se muestra amenazante y exhibe las notas que ha ordenado sacar del equipaje de la periodista, señalando que son “mentiras bien escritas”. Ella se muestra flemática y se proclama como una “especialista en países marginales”, que no observó nada interesante en Cautiva. Así el periodismo aparece como un trabajo rutinario, un informe “objetivo” que debe ser aprobado por una mayoría burocrática. Luego de enviar su reporte de las represiones, las torturas y los fusilamientos, advierte que ha caído en la trampa que le han tendido los isleños: carente de recursos naturales, la principal exportación de la isla son las noticias. Se queja, incluso, de que es el único país al que visitó y no le hicieron ningún regalo.
Todo aquí parte de una mirada extrañada, la película se constituye como una suerte de espejo confuso y distorsionado de la realidad. De hecho se presenta una distorsión entre el tiempo interno del relato y el tiempo histórico de su realización, ya que se informa que Cautiva había recuperado la independencia en 1972 y Ruiz rodó la cinta en 1970.
El director había trabajado haciendo informes para Canal 9 de Chile a mediados de los años sesenta y luego realizó noticieros militantes para el Partido Socialista y la Unidad Popular. Este largometraje forma parte de una etapa en la que ponía en marcha rodajes a toda velocidad y con bajo presupuesto. “La más clara anticipación de la obra europea posterior de Ruiz, La colonia penal es un poderoso documento de las tensiones y contradicciones en Chile en los meses previos a la victoria electoral de Allende”, escribió el director del Festival de Cine de New York, Richard Peña. Lamentablemente, hoy el filme se encuentra disponible en copias de mala calidad.
Mónica Echeverría interpreta a la periodista de una agencia internacional que llega a Cautiva, una pequeña isla del Pacífico, ubicada entre Perú y Ecuador, que proclamó su independencia bajo el mandato de la ONU. A pesar del aval de los organismos internacionales, impera un gobierno totalitario, en el que los habitantes deben obedecer a las órdenes arbitrarias y un tanto confusas del presidente.
La relación entre la reportera y Yáñez es ambivalente y contradictoria. El mandatario está preocupado por su reputación, pregunta qué fotos van a utilizar, busca ser agradable y condescendiente, canta, habla de poesía; luego se muestra amenazante y exhibe las notas que ha ordenado sacar del equipaje de la periodista, señalando que son “mentiras bien escritas”. Ella se muestra flemática y se proclama como una “especialista en países marginales”, que no observó nada interesante en Cautiva. Así el periodismo aparece como un trabajo rutinario, un informe “objetivo” que debe ser aprobado por una mayoría burocrática. Luego de enviar su reporte de las represiones, las torturas y los fusilamientos, advierte que ha caído en la trampa que le han tendido los isleños: carente de recursos naturales, la principal exportación de la isla son las noticias. Se queja, incluso, de que es el único país al que visitó y no le hicieron ningún regalo.
Todo aquí parte de una mirada extrañada, la película se constituye como una suerte de espejo confuso y distorsionado de la realidad. De hecho se presenta una distorsión entre el tiempo interno del relato y el tiempo histórico de su realización, ya que se informa que Cautiva había recuperado la independencia en 1972 y Ruiz rodó la cinta en 1970.
El director había trabajado haciendo informes para Canal 9 de Chile a mediados de los años sesenta y luego realizó noticieros militantes para el Partido Socialista y la Unidad Popular. Este largometraje forma parte de una etapa en la que ponía en marcha rodajes a toda velocidad y con bajo presupuesto. “La más clara anticipación de la obra europea posterior de Ruiz, La colonia penal es un poderoso documento de las tensiones y contradicciones en Chile en los meses previos a la victoria electoral de Allende”, escribió el director del Festival de Cine de New York, Richard Peña. Lamentablemente, hoy el filme se encuentra disponible en copias de mala calidad.
Manuel Barrientos y Federico Poore