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1960 |
Italia

La dolce vita

La dolce vita

Director: Federico Fellini
Reparto: Anita Ekberg, Anouk Aimée, Marcello Mastroianni, Walter Santesso
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 8,0/10 |
Letterdbox: 4,2/5

G Oscar

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Una semana en la vida de un periodista sensacionalista que vive en Roma.

Esta obra maestra de Federico Fellini es una de las películas emblemáticas de la década de 1960 y del boom del cine europeo en aquellos años. En uno de sus personajes más icónicos, Marcello Mastroianni interpreta a un periodista que forma parte y, al mismo tiempo, se distancia de esa manada de reporteros que busca primicias banales y escándalos de celebridades en las noches de Roma; luchando con la policía y entre sí.

La película arranca con una escena visualmente impactante: un helicóptero lleva un Cristo gigante por los paisajes de la capital italiana y el Vaticano. Marcello cubre el traslado desde arriba del helicóptero junto a un camarógrafo. Su siguiente tarea es averiguar qué come un conde en un restaurante y se ve obligado a corromper al gerente para que le deje tomar una fotografía, mientras le reclaman por el “derecho a la propia imagen” y lo acusan de “bellaco” y “sinverguenza”. Marcello responde que sólo “informa a la opinión pública” y les “brinda publicidad”.

Poco más tarde, Marcello se encuentra en una situación inversa, en una grieta insondable entre su vida privada y su vida laboral. Mientras flirtea con distintas mujeres y su esposa intenta suicidarse. Un periodista quiere publicar esa información, pero él le pide que por favor no lo haga.

Un amigo intelectual le elogia un artículo, le dice que es lúcido y apasionado, pero Marcello se niega a escucharlo, está harto de su oficio. Marcello quiere dedicarse a la literatura, aspira a “un arte claro, puro, que no mienta”; aunque reconoce que “ahora trabajo en algo que no me gusta, pero siempre pienso en el mañana”. Y concluye: “Debería cambiar de ambiente, debería cambiar de tantas cosas”. Su amigo Steiner le ofrece presentarle un editor para conseguirle un trabajo decente, que le permita dejar de escribir en “esos periodicuchos medio fascistas”. Sin embargo, el periodismo le da acceso a un mundo de poder y celebridad. Su padre lo visita en Roma, y Marcello presume: “Conozco a todos, ingreso a los ministerios y al Vaticano. Tengo un coche, un departamento”.

El célebre personaje de Papparazzo (Walter Santesso), un fotógrafo acompañante de Marcello, dio nombre al luego popularizado término de “paparazzi”.

Manuel Barrientos y Federico Poore