131
2007 |
Italia
La giusta distanza
The Right Distance
Director: Carlo Mazzacurati
Reparto: Ahmed Hafiane, Fabrizio Bentivoglio, Giovanni Capovilla, Valentina Lodovini
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,9/10 |
Letterdbox: 3,4/5
En un pueblo a orillas del Po, el tunecino Hassan y la joven maestra Mara se enamoran. Giovanni, un joven que aspira a ser periodista, es testigo de esta historia de amor.
Giovanni (Giovanni Capovilla), un joven aspirante a periodista, trabaja junto al tunecino Hassan (Ahmed Hafiane) en un taller mecánico de un pueblo que se ve revolucionado por la llegada de la bella Mara (Valentina Lodovini). Mara viene a reemplazar a una maestra de la escuela primaria y es deseada por varios hombres del lugar. Giovanni, más tímido, se enamora de ella en secreto al tiempo que consigue una entrevista con Bengivenga (Fabrizio Bentivoglio), el editor del periódico regional.
"¿Cuántos años tienes?", le pregunta el editor. "Dieciocho, casi diecinueve", "Eres demasiado joven...", "¿Por qué?", "Lo siento, has venido hasta aquí para nada. Adiós", "Dijiste que necesitabas un corresponsal en mi área", "Luego de tres meses vas a querer firmar tus notas, más dinero... No puedo amamantarte.", "Solo busco conseguir algo de experiencia", insiste el joven. "Necesito un barman, un empleado de farmacia, un maestro de escuela, ¡gente que no quiera hacer carrera!", "Sí, pero el barman de nuestro pueblo es chino, no tenemos farmacéutico, la maestra está con licencia psiquiátrica..."
Finalmente Giovanni consigue empleo en el periódico (20 euros por nota, sin firma) y va consiguiendo noticias exclusivas, aunque de a poco termina por entender que sus notas “duras” (inmigrantes orientales en condiciones de esclavitud moderna) reciben mucho menos espacio y difusión que los temas “livianos” (la captura de un tiburón).
Cuando el joven cronista decide no vampirizar un hecho triste (una aparición de la maestra “loca” a bordo de un barco en el Po), recibe un sermón de su editor, quien le enseña la regla de “la justa distancia”. "Es la distancia que debes mantener entre aquello que escribes y las personas implicadas. No tiene que sonar demasiado lejana, o no hay empatía, pero tampoco demasiado cercana, ¡maldita sea! Los periodistas que se rinden a los sentimientos están jodidos", le dice su editor.
En el último tercio del film, un asesinato sacude al pueblo y Giovanni deja de lado el consejo de su editor, involucrándose a fondo con las personas que conoció para intentar resolver el misterio incluso en contra de la opinión mayoritaria. Su éxito (profesional) lo lleva a un gran diario en Milán, aunque “sin contrato” y “alquilando un cuarto en el peor barrio de Italia”.
"¿Cuántos años tienes?", le pregunta el editor. "Dieciocho, casi diecinueve", "Eres demasiado joven...", "¿Por qué?", "Lo siento, has venido hasta aquí para nada. Adiós", "Dijiste que necesitabas un corresponsal en mi área", "Luego de tres meses vas a querer firmar tus notas, más dinero... No puedo amamantarte.", "Solo busco conseguir algo de experiencia", insiste el joven. "Necesito un barman, un empleado de farmacia, un maestro de escuela, ¡gente que no quiera hacer carrera!", "Sí, pero el barman de nuestro pueblo es chino, no tenemos farmacéutico, la maestra está con licencia psiquiátrica..."
Finalmente Giovanni consigue empleo en el periódico (20 euros por nota, sin firma) y va consiguiendo noticias exclusivas, aunque de a poco termina por entender que sus notas “duras” (inmigrantes orientales en condiciones de esclavitud moderna) reciben mucho menos espacio y difusión que los temas “livianos” (la captura de un tiburón).
Cuando el joven cronista decide no vampirizar un hecho triste (una aparición de la maestra “loca” a bordo de un barco en el Po), recibe un sermón de su editor, quien le enseña la regla de “la justa distancia”. "Es la distancia que debes mantener entre aquello que escribes y las personas implicadas. No tiene que sonar demasiado lejana, o no hay empatía, pero tampoco demasiado cercana, ¡maldita sea! Los periodistas que se rinden a los sentimientos están jodidos", le dice su editor.
En el último tercio del film, un asesinato sacude al pueblo y Giovanni deja de lado el consejo de su editor, involucrándose a fondo con las personas que conoció para intentar resolver el misterio incluso en contra de la opinión mayoritaria. Su éxito (profesional) lo lleva a un gran diario en Milán, aunque “sin contrato” y “alquilando un cuarto en el peor barrio de Italia”.
Manuel Barrientos y Federico Poore