111
1995 |
Argentina, España
La ley de la frontera
La ley de la frontera
Director: Adolfo Aristarain
Reparto: Achero Mañas, Aitana Sánchez-Gijón, Pere Ponce
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,2/10 |
Letterdbox: 3,4/5
N Goya
Plataformas donde mirarla en tu país:
En la Galicia del 1900 se cruzan los caminos de dos jóvenes, un bandolero y una periodista (Aitana Sánchez-Gijón).
En la frontera entre España y Portugal, en las primeras décadas del siglo XX, Bárbara Miller Molina (Aitana Sánchez-Gijón) es una periodista norteamericana-española que hace crónicas y fotografías para el New York Times. Su principal objetivo es realizar una biografía de “El Argentino” (Federico Luppi), un bandolero anarquista que es el más buscado por la Legión Española.
En su viaje, Bárbara conoce a dos prófugos: Joao, joven de una familia portuguesa adinerada que escapó de un seminario franciscano; y Xan, de una familia de mineros, que desertó del Ejército español. Ambos, contrabandean ganado y asaltan a recaudadores de impuestos, haciéndose pasar por parte de la banda de “El Argentino”, para juntar dinero y escapar juntos a Australia.
Bárbara es libre, desprejuiciada, intrépida, inteligente, seductora. Cuando se presenta a Xan, está realizando unos retratos gratuitos en una feria pueblerina. Todos se sorprenden ante su cámara y el flash.
Tras algunos obstáculos, logra sumarse a Joao y Xan para acercarse a “El Argentino”. Bárbara les dice: “Tienen que confiar en mí. Una periodista nunca revela sus fuentes, están protegidas por la Constitución de los Estados Unidos”. Su obsesión es encontrar al bandolero, al que define como el último bastión de la libertad, el último romántico.
Finalmente, logran dar con el personaje interpretado por Luppi y ella acuerda hacer la biografía. “Escribiré el libro con lo que usted diga y lo que yo vea”, pacta con el bandido rural, mientras todos los integrantes de la banda se pelean por aparecer en las fotos de la reportera.
El oficio del fotoperiodismo también es clave para engañar al jefe de una cárcel en la que cae detenido Xan. Gracias a la promesa de Bárbara de realizar un reportaje, la pandilla logra ingresar a prisión y liberarlo antes de que sea ejecutado.
Luego del resonante éxito de Un lugar en el mundo, Adolfo Aristarain rodó esta película que combina la comedia, el cine de aventuras y el western, con su habitual mirada anarquista acerca de las instituciones, sea el Estado, la Iglesia o la gran empresa minera hispano-suiza, que aquí por supuesto recibe el nombre de Tulsaco, como ocurre en buena parte de la filmografía del realizador argentino.
En su viaje, Bárbara conoce a dos prófugos: Joao, joven de una familia portuguesa adinerada que escapó de un seminario franciscano; y Xan, de una familia de mineros, que desertó del Ejército español. Ambos, contrabandean ganado y asaltan a recaudadores de impuestos, haciéndose pasar por parte de la banda de “El Argentino”, para juntar dinero y escapar juntos a Australia.
Bárbara es libre, desprejuiciada, intrépida, inteligente, seductora. Cuando se presenta a Xan, está realizando unos retratos gratuitos en una feria pueblerina. Todos se sorprenden ante su cámara y el flash.
Tras algunos obstáculos, logra sumarse a Joao y Xan para acercarse a “El Argentino”. Bárbara les dice: “Tienen que confiar en mí. Una periodista nunca revela sus fuentes, están protegidas por la Constitución de los Estados Unidos”. Su obsesión es encontrar al bandolero, al que define como el último bastión de la libertad, el último romántico.
Finalmente, logran dar con el personaje interpretado por Luppi y ella acuerda hacer la biografía. “Escribiré el libro con lo que usted diga y lo que yo vea”, pacta con el bandido rural, mientras todos los integrantes de la banda se pelean por aparecer en las fotos de la reportera.
El oficio del fotoperiodismo también es clave para engañar al jefe de una cárcel en la que cae detenido Xan. Gracias a la promesa de Bárbara de realizar un reportaje, la pandilla logra ingresar a prisión y liberarlo antes de que sea ejecutado.
Luego del resonante éxito de Un lugar en el mundo, Adolfo Aristarain rodó esta película que combina la comedia, el cine de aventuras y el western, con su habitual mirada anarquista acerca de las instituciones, sea el Estado, la Iglesia o la gran empresa minera hispano-suiza, que aquí por supuesto recibe el nombre de Tulsaco, como ocurre en buena parte de la filmografía del realizador argentino.
Manuel Barrientos y Federico Poore