151
1996 |
Estados Unidos
Michael
Michael: Tan sólo un ángel / Michael
Director: Nora Ephron
Reparto: Andie MacDowell, John Travolta, William Hurt
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 5,7/10 |
Letterdbox: 2,4/5
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Dos periodistas de la prensa sensacionalista de Chicago descubren que una anciana vive con el Arcángel Miguel.
Frank Quinlan (William Hurt) supo ser un reputado periodista del Chicago Tribune, un baluarte de la prensa seria. Ahora pasa sus días como reportero del semanario sensacionalista National Mirror (en un claro guiño al National Enquirer), especializado en fenómenos paranormales, ciencias ocultas y demás sucesos insólitos. Duro, cínico, descreído, no duda en fraguar una nota sobre la aparición de duendes en tierras nevadas. Y la revista se vende como el pan: tiene una tirada de 4,5 millones por semana. No paran de recibir llamadas telefónicas y cartas de sus lectores.
En una de esas misivas, la veterana propietaria del motel de un pequeño pueblo de Iowa informa que desde hace unas semanas convive en su casa con el arcángel Miguel. Y el editor jefe (Bob Hoskins) envía a Quinlan junto a su habitual compañero de andanzas Huey Driscoll (Robert Pastorelli) y la recién ingresada Dorothy Winters (Andie MacDowell), supuestamente especializada en este tema de los ángeles. Se ilusionan con el artículo en primera plana para la edición especial de Navidad. Cuando llegan al pueblo, el ángel está allí y es John Travolta, aunque no sigue los estándares imaginados: se pasea en calzoncillos con la barriga al aire, fuma como un escuerzo y devora cereales con cantidades industriales de azúcar.
Quinlan le propone un acuerdo para llevar al Arcángel hasta Chicago, y allí pasearlo por todos los canales de televisión. Winters le advierte que lo quieren explotar hasta el desahucio. Pero Miguel Ángel lo sabe todo y lo único que pide es que lo lleven en auto y antes lo paseen por varios pueblos que poseen extraños récords, como la sartén de teflón más grande del mundo o el manojo de hilo más grande del mundo (en otro tiro por elevación al National Enquirer).
La película se convierte en una road movie por un país megalómano. “La tarta te hace sentir que eres una persona decente que vive en un país decente”, comenta uno de los personajes. Con un tono a lo Frank Capra, se trata aquí de una historia de redención y clima navideño. Si Ryszard Kapuściński señalaba que los cínicos no sirven para el oficio periodístico, Michael parece señalar lo opuesto. Si te curas del cinismo, abandona el periodismo y dedícate a otra cosa: la prensa no es el terreno de la verdad, que sí puede hallarse en la literatura.
Nora Ephron ya había puesto el foco sobre el periodismo en su novela Heartburn, que fue llevada al cine por Mike Nichols en 1986 y está inspirada en su matrimonio con Carl Bernstein, uno de los reporteros encargados del caso Watergate.
En una de esas misivas, la veterana propietaria del motel de un pequeño pueblo de Iowa informa que desde hace unas semanas convive en su casa con el arcángel Miguel. Y el editor jefe (Bob Hoskins) envía a Quinlan junto a su habitual compañero de andanzas Huey Driscoll (Robert Pastorelli) y la recién ingresada Dorothy Winters (Andie MacDowell), supuestamente especializada en este tema de los ángeles. Se ilusionan con el artículo en primera plana para la edición especial de Navidad. Cuando llegan al pueblo, el ángel está allí y es John Travolta, aunque no sigue los estándares imaginados: se pasea en calzoncillos con la barriga al aire, fuma como un escuerzo y devora cereales con cantidades industriales de azúcar.
Quinlan le propone un acuerdo para llevar al Arcángel hasta Chicago, y allí pasearlo por todos los canales de televisión. Winters le advierte que lo quieren explotar hasta el desahucio. Pero Miguel Ángel lo sabe todo y lo único que pide es que lo lleven en auto y antes lo paseen por varios pueblos que poseen extraños récords, como la sartén de teflón más grande del mundo o el manojo de hilo más grande del mundo (en otro tiro por elevación al National Enquirer).
La película se convierte en una road movie por un país megalómano. “La tarta te hace sentir que eres una persona decente que vive en un país decente”, comenta uno de los personajes. Con un tono a lo Frank Capra, se trata aquí de una historia de redención y clima navideño. Si Ryszard Kapuściński señalaba que los cínicos no sirven para el oficio periodístico, Michael parece señalar lo opuesto. Si te curas del cinismo, abandona el periodismo y dedícate a otra cosa: la prensa no es el terreno de la verdad, que sí puede hallarse en la literatura.
Nora Ephron ya había puesto el foco sobre el periodismo en su novela Heartburn, que fue llevada al cine por Mike Nichols en 1986 y está inspirada en su matrimonio con Carl Bernstein, uno de los reporteros encargados del caso Watergate.
Manuel Barrientos y Federico Poore