1936 |
Estados Unidos

Murder with Pictures

Murder with Pictures

Director: Charles Barton
Reparto: Gail Patrick, Lew Ayres, Paul Kelly
Periodismo como tema: Central
star
IMDB: 5,6/10 |
Letterdbox: 2,9/5

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Un fotoperiodista investiga los métodos de un asesino del hampa.

La película abre con la sentencia de un juicio donde el villano Nate Girard (Onslow Stevens) es declarado inocente. Está presente la femme fatale Meg Archer (Gail Patrick) y decenas de periodistas que colman la sala e interrogan frenéticamente a los testigos en una manera no muy distinta a The Front Page (los cronistas no parecen muy acaudalados: la primera escena los muestra pidiéndose dinero entre ellos). Uno de ellos es Kent Murdock (Lew Ayres), quien se enamora de Archer y la ayuda a esconderse de la policía. Antes del cuarto de hora ya aparece preparándose un trago bien cargado.

Periodista como abogado defensor: defiende a una bella dama aún a riesgo de que terminen acusando a alguno de sus colegas por un asesinato (“You crossed the paper for the sake of a girl”, le recriminan). En un momento, uno de los fotógrafos cuestiona el duro tratamiento que sus colegas reciben por parte de la policía: “Cops aren’t supposed to shoot newspapermen”, dice. La respuesta del oficial: “I know, son, I know, we’re hampered with a lot of senseless regulations”.

El periódico ofrece algunos recursos: Murdock pasa un taxi como gasto y (según admite) gana 100 dólares por semana. Nuestro protagonista tiene algo de periodista héroe: no tiene miedo de pegarle al villano (un reconocido matón) y termina salvando el día. Dato interesante: durante buena parte de la película intentan revelar fotografías en busca de una persona que disparó un arma, pero la murder weapon resulta ser la propia cámara fotográfica.

La película está basada en una novela de George Harmon Coxe, quien comenzó su carrera como periodista y publicó varias novelas criminales con periodistas. Women Are Trouble (1936) y Here's Flash Casey (1938) también fueron llevadas a la pantalla grande.

Manuel Barrientos y Federico Poore