Not Okay

Danni (Zoey Deutch) es una chica joven y ambiciosa que trabaja como editora fotográfica en una revista online de Nueva York. Disconforme con su trabajo, le lleva a su editora en Depravity borradores de artículos con la esperanza de que la nombren editora, pero sus habilidades como periodista parecen ser más bien pobres. En paralelo decide cambiar el perfil de su cuenta de Instagram, orientándola hacia contenidos más aspiracionales. Un encuentro con el apuesto Colin (Dylan O’Brien) la lleva a inventar la idea de que fue invitada a un retiro de escritores en París, y Danni pronto se siente obligada a sostener la mentira. Primero analiza la posibilidad de pedirle dinero a sus padres para el viaje (la película sugiere que su familia es de buen pasar), pero al final lo hace más fácil: usa sus habilidades en Photoshop para crear fotos suyas con diferentes fondos parisinos que la muestran “disfrutando” de la capital francesa.

Mientras sus seguidores en Instagram se multiplican, un acontecimiento lo cambia todo: París sufre una serie de ataques terroristas coordinados, incluyendo uno frente al Arco del Triunfo donde ella -técnicamente- había “estado” minutos antes. Danni continúa diciendo que ella estaba ahí, solo que ahora a su rol de escritora e influencer se le suma el de sobreviviente.

Para saber qué sentir acude a una reunión de sobrevivientes de este tipo de ataques, donde conoce a la Rowan Aldren (Mia Isaac), una activista en contra de las armas que perdió a su hermana mayor en un tiroteo escolar. Danni vampiriza estos encuentros para poder escribir una columna en Depravity (que ahora que es una “víctima” su editora le ofreció con mucho gusto), incluso pidiéndole consejos de ideas a Rowan. Su artículo en primera persona es un éxito viral y al poco tiempo se convierte en el de mayor tráfico (más leído) en la historia de la revista online. Sus deseos comienzan a hacerse realidad: Colin se interesa por ella y su editora le da un puesto como redactora y su propia oficina.

Nada dura para siempre: su colega Harper (Nadia Alexander), una periodista hecha y derecha, comienza a sospechar de su versión de los hechos (también se queja de que nadie hace “fact checking” en la revista) y pronto descubre el fraude y confronta a Danni.

Por momentos, Not Okay parece una película de oportunidad, conectando temas superficiales de manera superficial (la premisa de una chica que quiere hacerse famosa inventando una vida que no tiene; el concepto de popularidad en Instagram, Twitter o TikTok), pero en el camino toca algunos nervios sensibles como la usurpación de identidad, la voz de las víctimas como fuente de autoridad moral en el debate público y la explotación periodística de las tragedias. No siempre encuentra un tono (va de la comedia negra al cautionary tale) pero las interpretaciones de las protagonistas potencian el valor del film.