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1962 |
Brasil
O Pagador de Promessas
El pagador de promesas
Director: Anselmo Duarte
Reparto: Dionísio Azevedo, Glória Menezes, Leonardo Villar, Othon Bastos
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 8,3/10 |
Letterdbox: 4,2/5
N Oscar, G Cannes
Un campesino hace una promesa en un rito candomblé, pero se enfrenta a la intransigencia de la Iglesia católica. Un tabloide monta un show y convierte el hecho en un fenómeno de masas.
Un campesino realiza una promesa para que su burro se cure. Para cumplirla, arrastra una cruz de madera, en compañía de su esposa, durante siete leguas, hasta la iglesia que contiene una imagen de Santa Bárbara, en San Salvador de Bahía. En la ciudad, se enfrenta a las burlas de los habitantes nocturnos y a la resistencia de la Iglesia Católica, que sostiene que su ofrenda fue realizada para el rito candomblé. Un periodista de un tabloide sensacionalista aprovecha la situación para montar un show, que despierta la atención de medios radiales y televisivos y convierte al hecho en un fenómeno popular.
Con referencias estéticas cercanas al neorrealismo italiano, la película opone la fe popular frente a la corrupción urbana, que incluye sátiras contra la burocracia eclesial; la impericia y la violencia policial; la lujuria y el egoísmo citadinos; y el mercantilismo de la prensa. "No necesitamos un buen artículo, sino un artículo que venda. Esas son las nuevas reglas del periodismo", le explica el editor al joven periodista. "Pero no siempre hay un buen tema", responde el cronista. "Invéntalo. Para eso tienes la imaginación", es la respuesta. Así, el redactor no duda entonces en tergiversar las palabras del campesino para convertirlo en un “nuevo Cristo que predica la revolución”, haciendo referencia a su defensa de la reforma agraria (porque también prometió repartir sus tierras con los vecinos), aunque también genera titulares que buscan generar polémica en el debate público: “¿Santo o demonio?” “¿Místico o agitador?”. Y busca alargar el espectáculo, en línea con el Charles Tatum de Ace in the Hole.
Además de obtener la Palma de Oro en el Festival de Cannes, fue la primera película brasileña, y de América Latina, en obtener una nominación como película extranjera en los premios Oscar. Es justamente considerada como una de las mejores obras del cine brasileño de todos los tiempos.
Con referencias estéticas cercanas al neorrealismo italiano, la película opone la fe popular frente a la corrupción urbana, que incluye sátiras contra la burocracia eclesial; la impericia y la violencia policial; la lujuria y el egoísmo citadinos; y el mercantilismo de la prensa. "No necesitamos un buen artículo, sino un artículo que venda. Esas son las nuevas reglas del periodismo", le explica el editor al joven periodista. "Pero no siempre hay un buen tema", responde el cronista. "Invéntalo. Para eso tienes la imaginación", es la respuesta. Así, el redactor no duda entonces en tergiversar las palabras del campesino para convertirlo en un “nuevo Cristo que predica la revolución”, haciendo referencia a su defensa de la reforma agraria (porque también prometió repartir sus tierras con los vecinos), aunque también genera titulares que buscan generar polémica en el debate público: “¿Santo o demonio?” “¿Místico o agitador?”. Y busca alargar el espectáculo, en línea con el Charles Tatum de Ace in the Hole.
Además de obtener la Palma de Oro en el Festival de Cannes, fue la primera película brasileña, y de América Latina, en obtener una nominación como película extranjera en los premios Oscar. Es justamente considerada como una de las mejores obras del cine brasileño de todos los tiempos.
Manuel Barrientos y Federico Poore