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1997 |
Estados Unidos

One Fine Day

Un día muy especial

Director: Michael Hoffman
Reparto: George Clooney, Mae Whitman, Michelle Pfeiffer
Periodismo como tema: Intermedio
star
IMDB: 6,5/10 |
Letterdbox: 3,0/5

N Oscar, N Golden Globes

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Un periodista corre contra el tiempo: tiene un día para ratificar una denuncia de corrupción y para concretar su romance con una arquitecta.
En esta comedia romántica tan apegada a las reglas del género como eficaz, George Clooney interpreta a Jack Taylor, un cronista estrella del periódico neoyorquino Daily News con una “complicada vida afectiva”. La figura del periodista aquí es utilizada para mostrar la celeridad de los años noventa, que sirve como un obstáculo para que se concrete el romance de Taylor con una joven arquitecta (Michelle Pfeiffer).

En el único día en que transcurre el filme, el periodista debe ratificar una denuncia publicada en su columna: reveló que la campaña de reelección del alcalde estaba financiada por la mafia y que éste le había concedido, a cambio, la licitación de la sanidad de la ciudad. Sin embargo, en una conferencia de prensa, la fuente del cronista negó lo que le había dicho. El director del periódico (Charles Durning) quiere escribir una retractación y le reprocha no haber utilizado dos fuentes. Además, le anuncia que será reemplazado por otro periodista más joven que sí ganó el premio Pulitzer. “No me vas a despedir, mi cara está en los autobuses”, le responde Taylor con suficiencia.

Pero se pone en marcha y comienza a librar una carrera contra el tiempo para conseguir otra fuente. Vive de taxi en taxi, celular en mano, hasta que descubre que el comisionado de seguridad está en Barbados con su nueva novia. Tiene, así, una nueva fuente, “una viuda del poder”: la ex-esposa enojada del funcionario.

Finalmente, consigue que la mujer hable y desacredite al alcalde en una conferencia de prensa. Tanto la utilización de la celeridad del trabajo periodístico como el posterior triunfo del protagonista se enmarcan en los códigos del género, que requiere tanto una excusa que retrase la concreción del romance como un final feliz.

Manuel Barrientos y Federico Poore