148
1977 |
Canadá
One Man
Un hombre solo
Director: Robin Spry
Reparto: Carol Lazare, Jayne Eastwood, Len Cariou
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,7/10 |
Letterdbox: N/A/5
Jason Brady es un periodista estrella de televisión en Montreal que un día da con la mayor noticia de su carrera. Una trabajadora social le muestra las graves consecuencias en niños producidas por la conducta negligente de una empresa en relación con un producto químico mortal.
El hombre del título es Jason Brady (Len Cariou), un periodista cínico y arriesgado que trabaja en el Canal CKMC de Montreal. Al principio del film lo vemos junto en un coche del canal junto a su camarógrafo Ernie (August Schellenberg), yendo tras una guerra de mafias a la que logran capturar para su noticiero 5 Days. Las imágenes de los periodistas siendo apuntados por parte de bandas criminales no le agrada mucho a la señora Brady (Jayne Eastwood), que preferiría que su marido acepte un trabajo en el canal como productor ejecutivo y deje de arriesgar su vida por una noticia.
Las cosas empeoran para ella cuando Brady se encuentra con una joven trabajadora social (Carole Lazare) que llega al hospital con niños contaminados con químicos y decide investigar la causa, que apunta a la fábrica Konrad's. “Me gusta: niños moribundos contra una gran corporación”, dice uno de sus jefes en el canal durante una reunión de edición. “No se emite nada hasta que un abogado haya revisado todo”, agrega, cauteloso, el jefe de noticias. Un primer informe del noticiero cubre los casos de pequeños gravemente enfermos y sugiere una posible conexión con Konrad’s. “No quiero un juicio”, le advierte el jefe de noticias a Brady fuera del aire mientras graba el segmento para el noticiero. “No te preocupes, va a ser puro entretenimiento”, responde el periodista, que busca colocar una investigación seria con la excusa de estar favoreciendo al canal por lo sensacional de la noticia. Como es de esperar, este tipo de coberturas deriva en amenazas cada vez menos veladas a Brady, a su mujer y a sus tres hijos, lo que comienza a configurar el conflicto central del film: el oficio y su impacto en la vida personal de los periodistas.
La mujer del protagonista insiste en que debería “dejar de correr de aquí para allá como un reportero policía” y aceptar un ascenso o sentarse a escirbir un libro. Además, sospecha de sus encuentros amorosos con la trabajadora social. El propio Brady tiene sus dudas. “Solía ser un reportero apasionado, pero ahora es todo rutina y trabajo asalariado”, dice, y agrega: “Tengo que dejar este oficio... Me di cuenta de que soy un cobarde”. Mientras tanto, el canal se deja presionar por la empresa que controla la fábrica, que amenaza con quitar medio millón de dólares en publicidad, y le ordena a Brady que abandone la investigación y, casi como compensación, lo ascienden a productor asociado. Lo que sucede a continuación es bastante predecible: Brady se niega a quedarse callado y hace un último acto de valentía, mientras su mujer se lleva a sus hijos a otra ciudad y su camarógrafo aparece asesinado.
One Man fue uno de los primeros films de ficción del reconocido documentalista canadiense Robin Spry. Si bien cuenta con algunos momentos interesantes, el drama familiar que se busca adosarle a la “película sobre periodistas” no funciona del todo, y algunos de los diálogos rozan el amateurismo. Se trató del debut cinematográfico de Len Cariou, quien décadas más tarde tendría un pequeño papel en Spotlight (2015), donde interpreta al cardenal Law.
Las cosas empeoran para ella cuando Brady se encuentra con una joven trabajadora social (Carole Lazare) que llega al hospital con niños contaminados con químicos y decide investigar la causa, que apunta a la fábrica Konrad's. “Me gusta: niños moribundos contra una gran corporación”, dice uno de sus jefes en el canal durante una reunión de edición. “No se emite nada hasta que un abogado haya revisado todo”, agrega, cauteloso, el jefe de noticias. Un primer informe del noticiero cubre los casos de pequeños gravemente enfermos y sugiere una posible conexión con Konrad’s. “No quiero un juicio”, le advierte el jefe de noticias a Brady fuera del aire mientras graba el segmento para el noticiero. “No te preocupes, va a ser puro entretenimiento”, responde el periodista, que busca colocar una investigación seria con la excusa de estar favoreciendo al canal por lo sensacional de la noticia. Como es de esperar, este tipo de coberturas deriva en amenazas cada vez menos veladas a Brady, a su mujer y a sus tres hijos, lo que comienza a configurar el conflicto central del film: el oficio y su impacto en la vida personal de los periodistas.
La mujer del protagonista insiste en que debería “dejar de correr de aquí para allá como un reportero policía” y aceptar un ascenso o sentarse a escirbir un libro. Además, sospecha de sus encuentros amorosos con la trabajadora social. El propio Brady tiene sus dudas. “Solía ser un reportero apasionado, pero ahora es todo rutina y trabajo asalariado”, dice, y agrega: “Tengo que dejar este oficio... Me di cuenta de que soy un cobarde”. Mientras tanto, el canal se deja presionar por la empresa que controla la fábrica, que amenaza con quitar medio millón de dólares en publicidad, y le ordena a Brady que abandone la investigación y, casi como compensación, lo ascienden a productor asociado. Lo que sucede a continuación es bastante predecible: Brady se niega a quedarse callado y hace un último acto de valentía, mientras su mujer se lleva a sus hijos a otra ciudad y su camarógrafo aparece asesinado.
One Man fue uno de los primeros films de ficción del reconocido documentalista canadiense Robin Spry. Si bien cuenta con algunos momentos interesantes, el drama familiar que se busca adosarle a la “película sobre periodistas” no funciona del todo, y algunos de los diálogos rozan el amateurismo. Se trató del debut cinematográfico de Len Cariou, quien décadas más tarde tendría un pequeño papel en Spotlight (2015), donde interpreta al cardenal Law.
Manuel Barrientos y Federico Poore