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1965 |
Argentina

Pajarito Gómez

Pajarito Gómez / El ídolo

Director: Rodolfo Kuhn
Reparto: Héctor Pellegrini, Lautaro Murúa, María Cristina Laurenz, Nelly Beltrán
Periodismo como tema: Intermedio
star
IMDB: 7,7/10 |
Letterdbox: 4,0/5

G Berlín

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Pajarito Gómez es un cantante de música popular impulsado por una empresa discográfica. Pero a pesar de su figura pública, Pajarito es un hombre y oscuro y desorientado.
El film arranca in media res, con una entrevista al ya consagrado Pajarito Gómez (Héctor Pellegrini), un exitoso cantante de origen popular que cuenta su historia frente a Rosalía (Nelly Beltrán), periodista de una revista de sucesos. Aún sin ver al ídolo, escuchamos en off su relato, las preguntas de la cronista y las correcciones que hace sobre la marcha su representante Gravini (Lautaro Murúa). Entre los primeros recuerdos de pajarito aparecen la marginalidad, los castigos corporales y jugueteos amorosos con la hija de una puestera, que pronto son “rectificados” por el manager. Así, la historia oficial, con aquiescencia de la entrevistadora, dirá que su madre y su maestra fueron “su primer amor” y conformarán el retrato idílico de una infancia “feliz y mágica”, que es lo que luego se publica en la revista. "Mis palabras son las de Pajarito", aclara el representante antes de finalizar el reportaje. "No se preocupe, Gravini, soy una profesional", responde la periodista. Estas primeras escenas dejan planteado el eje del conflicto del film: la distancia entre mito y realidad detrás de la manufactura de ídolos populares, tal como exploró en su momento Elia Kazan en A Face in the Crowd (1957).

Todas las decisiones vinculadas a Pajarito, incluyendo varias de su vida privada, se toman en las oficinas de la empresa discográfica que edita sus álbumes. Allí, en lo alto de un rascacielos de Buenos Aires, un experto acercará los resultados de su investigación de mercado: el ídolo debe ser “machito pero buen hijo, gana buena plata pero dona al ALPI (una asociación civil), no se mete en política, etcétera”. También se arreglan sus romances y noviazgos con la joven Viviana (María Cristina Laurenz), que también se perfila para cantante. Más adelante vemos la triste puesta en escena de un concurso que prometía a su ganadora “un día con Pajarito” pero que al final termina siendo una serie de paseos predigitados y anticlimáticos en donde la joven y el ídolo son perseguidos por un grupo de fotógrafos que les ordenan posar para las cámaras y actuar “más natural”.

El film exhibe las condiciones de producción de los productos periodísticos (artículos en revistas, programas de televisión) y el cinismo que rodea lo que ellos mismos venden. En un momento asistimos a la grabación de una mesa redonda en Canal 7 desde la perspectiva del director de cámaras, al que no le podría importar menos todo lo que ocurre en el estudio. El panel incluye un sociólogo que analiza cómo los ídolos “se prefabrican” y un poeta que critica el “arte pseudo-popular”. “¡Vamos! Si no se apuran me van a partir un fierro en la cabeza”, dice el productor fuera de cámara.

La trágica muerte de Pajarito no detiene la maquinaria publicitaria (“Estoy seguro de que estamos frente a un nuevo Gardel”, se entusiasman los directivos de la discográfica mientras preparan su reemplazo) y el funeral del ídolo se convierte en una caricatura de sí mismo.

“Pajarito Gómez examina con lucidez que aún hoy no suele lograrse fácilmente, los mecanismos y rituales que organizan la creación de ‘productos populares’ por parte de las discográficas destinadas a la ‘venta de sensaciones’”, escribió Horacio González en Página/12.

Manuel Barrientos y Federico Poore