22
1986 |
Estados Unidos
Salvador
Salvador
Director: Oliver Stone
Reparto: James Woods, Jim Belushi, John Savage, Michael Murphy
Periodismo como tema: Central
IMDB: 7,4/10 |
Letterdbox: 3,6/5
N Oscar
Un exhausto fotoperiodista se ve implicado en una revolución centroamericana.
En la misma línea que Under Fire (1983), tiene como escenario las luchas revolucionarias contra las dictaduras centroamericanas entre finales de los años 70 y comienzos de los 80. Nominado al Oscar, el guión fue escrito por el director Oliver Stone junto a su amigo Richard Boyle, corresponsal de guerra norteamericano que cubrió las guerras de Camboya, Vietnam y la irrupción de la guerrilla en El Salvador entre 1980 y 1981.
Richard Boyle James Woods) es un fotoreportero en caída libre: tiene su credencial vencida, lo desalojan de su casa, sufre problemas de alcoholismo y, para peor, infringe normas de tránsito y es detenido. A todas luces, es un perdedor, con aire de periodista gonzo, a lo Hunter S. Thompson. Quiere plata para viajar a El Salvador, pero todos los medios se niegan a darle apoyo. De todas formas, considera que es su última gran oportunidad y se decide a ir desde San Francisco hasta el país centroamericano en su auto descapotable un tanto desvencijado junto a su amigo Rock (Jim Belushi), un DJ retirado. A ese país, Boyle también va en busca de recuperar una amante. Aún están lejos de tener un conocimiento real acerca de los niveles de violencia que azotan a El Salvador.
Al traspasar las fronteras, la situación los sacude, con pilas de cadáveres masacrados a manos de los Escuadrones de la Muerte que responden a la dictadura. En momentos previos a la asunción de Ronald Reagan como presidente, la embajada norteamericana demoniza la guerrilla y les imputa todos los crímenes. Con el transcurrir de la trama, Boyle va abriendo los ojos, descubre las atrocidades de las fuerzas armadas salvadoreñas y presencia los asesinatos de monseñor Oscar Romero y de un grupo de religiosas estadounidenses que realizan tareas humanitarias en el país. También logra percibir la ayuda económica y militar que EE.UU. brinda a la dictadura salvadoreña.“Tienes que acercarte para saber la verdad. Pero si te acercas demasiado, mueres”, le advierte su colega John Cassidy (John Savage).
Si bien la película presenta escenas que rozan lo inverosímil y el final adquiere un tono melodramático y trillado, se destaca por la complejidad y ambigüedad moral de su personaje central interpretado por un excelente James Woods, en un rol que le brindó una candidatura a los Oscar.
Pese a las buenas críticas, no tuvo una amplia distribución en los cines norteamericanos. El mismo año, Stone se llevó el Oscar a la mejor película y al mejor director por Platoon. Una década más tarde, el director ofrecería una mirada mucho más dura sobre el periodismo en Natural Born Killers (1994).
Richard Boyle James Woods) es un fotoreportero en caída libre: tiene su credencial vencida, lo desalojan de su casa, sufre problemas de alcoholismo y, para peor, infringe normas de tránsito y es detenido. A todas luces, es un perdedor, con aire de periodista gonzo, a lo Hunter S. Thompson. Quiere plata para viajar a El Salvador, pero todos los medios se niegan a darle apoyo. De todas formas, considera que es su última gran oportunidad y se decide a ir desde San Francisco hasta el país centroamericano en su auto descapotable un tanto desvencijado junto a su amigo Rock (Jim Belushi), un DJ retirado. A ese país, Boyle también va en busca de recuperar una amante. Aún están lejos de tener un conocimiento real acerca de los niveles de violencia que azotan a El Salvador.
Al traspasar las fronteras, la situación los sacude, con pilas de cadáveres masacrados a manos de los Escuadrones de la Muerte que responden a la dictadura. En momentos previos a la asunción de Ronald Reagan como presidente, la embajada norteamericana demoniza la guerrilla y les imputa todos los crímenes. Con el transcurrir de la trama, Boyle va abriendo los ojos, descubre las atrocidades de las fuerzas armadas salvadoreñas y presencia los asesinatos de monseñor Oscar Romero y de un grupo de religiosas estadounidenses que realizan tareas humanitarias en el país. También logra percibir la ayuda económica y militar que EE.UU. brinda a la dictadura salvadoreña.“Tienes que acercarte para saber la verdad. Pero si te acercas demasiado, mueres”, le advierte su colega John Cassidy (John Savage).
Si bien la película presenta escenas que rozan lo inverosímil y el final adquiere un tono melodramático y trillado, se destaca por la complejidad y ambigüedad moral de su personaje central interpretado por un excelente James Woods, en un rol que le brindó una candidatura a los Oscar.
Pese a las buenas críticas, no tuvo una amplia distribución en los cines norteamericanos. El mismo año, Stone se llevó el Oscar a la mejor película y al mejor director por Platoon. Una década más tarde, el director ofrecería una mirada mucho más dura sobre el periodismo en Natural Born Killers (1994).
Manuel Barrientos y Federico Poore