1937 |
Reino Unido
Storm in a Teacup
Pequeñas contrariedades
Director: Ian Dalrymple, Victor Saville
Reparto: Cecil Parker, Rex Harrison, Vivien Leigh
Periodismo como tema: Central
IMDB: 6,5/10 |
Letterdbox: 3,1/5
Un pequeño incidente con una mascota en una ciudad de Escocia deriva en un escándalo de interés nacional gracias a las notas de un periodista inglés.
Un reportero inglés de nombre Frank Burdon (Rex Harrison) llega a una pequeña ciudad de Escocia y comienza a trabajar en un periódico. Como el subeditor está enfermo, le ordenan entrevistar al autócrata local, William Gow (Cecil Parker), pero lo que parece un reportaje de rutina vuelve más interesante cuando el cronista escucha (y atiende) el reclamo de una pobre mujer a la cual la ciudad le está por sacrificar el perro por no haber pagado un nuevo impuesto relacionado a la tenencia de mascotas. Al día siguiente, el artículo hace foco en el “escandaloso incidente” en torno al perro, lo cual enfurece enormemente al político y pone en jaque la carrera de Burdon en el periódico. Para colmo de males, el cronista se enamora de Victoria Gow (Vivien Leigh y su mirada punzante), la hija del autócrata, y se niega a ceder en su cruzada por la decencia, un poco como el Howard Roark de The Fountainhead (“The people of these islands are the most long-suffering in the world - they'll put up anything: they'll pull in their belts if they think it's their duty, they'll even go to the ends of the earth to be blown to bits if necessary. But there's two things they won't put up with: bullying and cruelty.”)
Hay dos o tres escenas muy buenas, incluyendo una en la que Frank discute con Victoria en una kermesse mientras le sigue pidiendo monedas para jugar a los juegos y una invasión de perros en una reunión de alta política escocesa (planeada, desde ya, por el periodista). El caso es llevado a juicio, y político y periodista terminan enfrentándose cara a cara hasta que la hija del autócrata termina convenciendo a su padre de lo erróneo de su actitud. “He misjudged me. But he misjudged me without malice”, dice Gow, quien una vez admitido su error puede retomar su carrera como político. La escena final muestra a Frank y a Victoria escuchándolo en la radio de su auto, que se aleja y muestra la chapa de “Just married”.
Manuel Barrientos y Federico Poore