1938 |
Estados Unidos
Too Hot to Handle
Sucedió en China
Director: Jack Conway
Reparto: Clark Gable, Myrna Loy, Walter Connolly, Walter Pidgeon
Periodismo como tema: Intermedio
IMDB: 6,6/10 |
Letterdbox: 3,1/5
Un inescrupuloso periodista de noticiarios cubre la segunda guerra sino-japonesa, donde conoce a una mujer piloto que desconfía de sus métodos.
Chris Hunter (Clark Gable) trabaja para la empresa de noticiarios Union Newsreel, aunque decir que “trabaja” es, tal vez, un abuso del lenguaje. Estacionado en Shanghai, se la pasa jugando a las cartas con los locales y ya de entrada nos enteramos de que es un personaje, cuanto menos, deshonesto. Para muestra un botón: el último rollo que envió a las oficinas en Nueva York no es el footage de la segunda guerra sino-japonesa que le pidieron sino una serie de bailes exóticos, para gran desagrado de su jefe Arthur “Gabby” MacArthur (Walter Connolly y su clásica voz aflautada cuando está enojado). Más adelante, Hunter pone en riesgo su vida y la de sus compañeros al hacerse de un cañón y disparar en dirección a unos aviones militares en un intento por generar una reacción y obtener así algún material jugoso. En otra ocasión, se lo ve armando tomas falsas de bombardeos aéreos usando un avión de juguete, lo que enfurece al reportero del newsreel rival Bill Dennis (Walter Pidgeon). Sintiéndose en desventaja, Dennis decide montar un truco parecido: le pide a su novia Alma, una mujer piloto, que aterrice en un sitio cercano para poder filmarla y ofrecer el footage como el envío urgente de unas vacunas. Esa misma noche, Hunter llega en auto a la escena para capturar el momento, pero en su carrera contra el avión el coche termina chocando con la aeronave, la cual estalla en llamas. Hunter llega justo a tiempo a rescatar a Alma y ambos se enamoran, generando aún más rencor en Dennis. De paso, envía este material montado y graba un aviso para su jefe dando a entender que pueden manipular a las audiencias y hacer conocida a Alma, lo que más tarde (cuando esto se descubra) terminará complicando su relación con ella y dañando la reputación de ambos.
En el último tercio de metraje, Hunter recurre a un nuevo engaño para ayudar a Alma a volar a Sudamérica y encontrar a su hermano, secuestrado por una tribu indígena del Amazonas. Allí se encontrará nuevamente con su rival Dennis y deberá luchar con él por la primicia del rescate. Como curiosidad, el intento por rescatar al hermano de su amada incluirá una proyección en la selva (con footage real de trenes, incendios y cataratas) y a Hunter y su camarógrafo amigo disfrazados de witch doctors.
El rescate tiene éxito y Hunter logra vender su exclusiva. Anna se entera de la hazaña y acude a reconciliarse con nuestro protagonista, que está arriesgando su vida filmando un tiroteo. Mientras los tiros continúan, los amantes se encuentran y se abrazan. Hunter nota que Anna tiene una pequeña herida en una mano. “No te muevas”, le dice, mientras le pasa algo de la sangre a la cara, para mayor impacto. Anna le sigue el juego y ambos preparan su última noticia exagerada. The End.
Too Hot to Handle contiene mucho material de interés vinculado al ejercicio de la profesión, en especial en lo que hace al uso de tecnologías. Mediante un eficaz montaje, la secuencia de apertura ilustra la venta de diarios en la calle mientras la cámara apunta hacia una ventana en uno de los pisos superiores de un edificio y nos lleva a la empresa de noticieros periodísticos, donde los teléfonos suenan, frenéticos, y los jefes les preguntan a sus corresponsales si ya tienen el material que prometieron. El plano de unos aviones nos transporta hacia la otra punta del mundo, donde se llevan y se traen los newsreels que luego se proyectarán en cines de todo el país. La tecnología central es, desde ya, la videocámara (film reel), que les permitirá a los protagonistas capturar una escena dramática en alta mar. Justo después de la hazaña Hunter y Anna regresan al estudio y registran los voiceovers, acaso la primera (¿y única?) película mainstream en la que se muestra cómo se graba la narración de un noticiero documental.
Se trata de la cuarta y última película protagonizada por la dupla compuesta por Clark Gable y Myrna Loy. La película la iba a interpretar Marion Davies, amante de larga data de William Randolph Hearst, pero Hearst le impidió protagonizar una película sobre fake news y periodistas inescrupulosos.
Len Hammond, el autor del texto en el que se basa el guión, trabajó junto a otro de los guionistas (Laurence Stallings) para la empresa de newsreels Movietone News. Luego produciría otra película sobre periodismo: Confirm or Deny (1941).
En el último tercio de metraje, Hunter recurre a un nuevo engaño para ayudar a Alma a volar a Sudamérica y encontrar a su hermano, secuestrado por una tribu indígena del Amazonas. Allí se encontrará nuevamente con su rival Dennis y deberá luchar con él por la primicia del rescate. Como curiosidad, el intento por rescatar al hermano de su amada incluirá una proyección en la selva (con footage real de trenes, incendios y cataratas) y a Hunter y su camarógrafo amigo disfrazados de witch doctors.
El rescate tiene éxito y Hunter logra vender su exclusiva. Anna se entera de la hazaña y acude a reconciliarse con nuestro protagonista, que está arriesgando su vida filmando un tiroteo. Mientras los tiros continúan, los amantes se encuentran y se abrazan. Hunter nota que Anna tiene una pequeña herida en una mano. “No te muevas”, le dice, mientras le pasa algo de la sangre a la cara, para mayor impacto. Anna le sigue el juego y ambos preparan su última noticia exagerada. The End.
Too Hot to Handle contiene mucho material de interés vinculado al ejercicio de la profesión, en especial en lo que hace al uso de tecnologías. Mediante un eficaz montaje, la secuencia de apertura ilustra la venta de diarios en la calle mientras la cámara apunta hacia una ventana en uno de los pisos superiores de un edificio y nos lleva a la empresa de noticieros periodísticos, donde los teléfonos suenan, frenéticos, y los jefes les preguntan a sus corresponsales si ya tienen el material que prometieron. El plano de unos aviones nos transporta hacia la otra punta del mundo, donde se llevan y se traen los newsreels que luego se proyectarán en cines de todo el país. La tecnología central es, desde ya, la videocámara (film reel), que les permitirá a los protagonistas capturar una escena dramática en alta mar. Justo después de la hazaña Hunter y Anna regresan al estudio y registran los voiceovers, acaso la primera (¿y única?) película mainstream en la que se muestra cómo se graba la narración de un noticiero documental.
Se trata de la cuarta y última película protagonizada por la dupla compuesta por Clark Gable y Myrna Loy. La película la iba a interpretar Marion Davies, amante de larga data de William Randolph Hearst, pero Hearst le impidió protagonizar una película sobre fake news y periodistas inescrupulosos.
Len Hammond, el autor del texto en el que se basa el guión, trabajó junto a otro de los guionistas (Laurence Stallings) para la empresa de newsreels Movietone News. Luego produciría otra película sobre periodismo: Confirm or Deny (1941).
Manuel Barrientos y Federico Poore