
1969 |
Estados Unidos
Topaz
Topaz
Director: Alfred Hitchcock
Reparto: Dany Robin, Frederick Stafford, John Vernon, Michel Subor, Roscoe Lee Browne
Periodismo como tema: Lateral
IMDB: 6,2/10 |
Letterdbox: 2,9/5
Mientras se encuentran de "viaje turístico" en Copenhague, Boris Kusenov, su esposa e hija, deciden buscar ayuda de la embajada estadounidense para exiliarse en ese país. Sabido que Kusenov es un alto oficial ruso, los servicios de inteligencia le cobrarán el favor, haciéndole confesar todo lo que sabe acerca de unos supuestos misiles.
Basada en el best seller de Leon Uris, es una de las películas más políticas de Alfred Hitchcock y una de las más flojas de la filmografía del maestro britànico. Con la Guerra Fría como telón de fondo, aquí se narra la historia de Andrè Devereaux (Frederick Stafford), un agente de inteligencia francesa que debe investigar la entrega de misiles soviéticos a Cuba. También debe ir tras los pasos de un compatriota que está infiltrado en el Gobierno de De Gaulle y la OTAN y responde a la URSS.
De manera lateral, aquí el periodismo tiene una doble presencia, que se configura de manera espejada. Por un lado, Devereaux utiliza a su cuñado, el periodista e ilustrador François Picard (Michel Subor), primero para reconocer a un alto funcionario del gobierno cubano; y luego le pide que entreviste a uno de los delegados del gobierno francès ante la OTAN, Henri Jarre (Philippe Noiret), para desnudar la cèlula de topos franceses que responden a los designios soviéticos. Por otro lado, el protagonista también se contacta en Nueva York con uno de sus colaboradores Philippe Dubois (Roscoe Lee Browne), quien se hace pasar por periodista y realiza una supuesta nota para la revista Ebony con el objetivo de infiltrarse en la embajada de Cuba. Aprovechando la egolatría del embajador cubano ante la ONU, Enrique Parra (John Vermon), Dubois consigue sacar unas fotos del texto del acuerdo secreto con la URSS. Ese doble juego entre cronistas que trabajan como espìas y verdaderos agentes que actúan como falsos reporteros revela el rol clave del periodismo como llave de acceso a lugares que parecen inaccesibles.
Con finales alternativos en sus distintas versiones, la película fue un fracaso en las boleterías y en las reseñas críticas. Desencantado con esta obra, Hitchcock sintió la necesidad de volver a filmar para tomarse revancha consigo mismo. Así, en la década de 1970, llegaron las más logradas Frenzy (1972) y Family Plot (1976).
De manera lateral, aquí el periodismo tiene una doble presencia, que se configura de manera espejada. Por un lado, Devereaux utiliza a su cuñado, el periodista e ilustrador François Picard (Michel Subor), primero para reconocer a un alto funcionario del gobierno cubano; y luego le pide que entreviste a uno de los delegados del gobierno francès ante la OTAN, Henri Jarre (Philippe Noiret), para desnudar la cèlula de topos franceses que responden a los designios soviéticos. Por otro lado, el protagonista también se contacta en Nueva York con uno de sus colaboradores Philippe Dubois (Roscoe Lee Browne), quien se hace pasar por periodista y realiza una supuesta nota para la revista Ebony con el objetivo de infiltrarse en la embajada de Cuba. Aprovechando la egolatría del embajador cubano ante la ONU, Enrique Parra (John Vermon), Dubois consigue sacar unas fotos del texto del acuerdo secreto con la URSS. Ese doble juego entre cronistas que trabajan como espìas y verdaderos agentes que actúan como falsos reporteros revela el rol clave del periodismo como llave de acceso a lugares que parecen inaccesibles.
Con finales alternativos en sus distintas versiones, la película fue un fracaso en las boleterías y en las reseñas críticas. Desencantado con esta obra, Hitchcock sintió la necesidad de volver a filmar para tomarse revancha consigo mismo. Así, en la década de 1970, llegaron las más logradas Frenzy (1972) y Family Plot (1976).
Manuel Barrientos y Federico Poore