Truth

Luego del gran paso como guionista de Zodiac (2007), en su debut como director James Vanderbilt se posiciona como uno de los especialistas en narrar los grandes fracasos del periodismo norteamericano. Basado en el libro autobiográfico de la periodista y productora de noticias de televisión Mary Mapes, Truth and Duty: The Press, the President and the Privilege of Power, aquí narra los informes televisivos del programa 60 Minutes Wednesday que, en la campaña presidencial de 2004, buscaron denunciar el trato especial que habría recibido el presidente George W. Bush durante su paso por el Ejército norteamericano.

Mapes (Cate Blanchett) es una productora con más de veinte años de oficio, varios premios Emmy ganados y hasta un paso por la prisión por no animarse a revelar las fuentes. El presentador del histórico programa de la CBS 60 Minutes, Dan Rather (Robert Redford), se respalda en ella y la considera su discípula. Ambos son paladines de la investigación periodística de excelencia. “Periodismo es hacer preguntas para llegar a la verdad”, le responde Mary a su hijo, que juega a entrevistarla.

En 2004, el presidente George W. Bush se lanza a la campaña a su reelección y los medios cuestionan el accionar de su rival demócrata, John Kerry, en la guerra de Vietnam. Junto a su equipo, Mapes investiga los favoritismos que habría recibido Bush en el Ejército, que le habrían permitido no alistarse en las tropas que pelearon en Vietnam. Algunos documentos oficiales parecen haberse perdido, otros están adulterados. En la pesquisa, el equipo da con un ex oficial del Ejército que afirma que tiene memorandos y cartas de un superior que dan cuenta del favoritismo que se le brindó al presidente.

En la primera parte, la película da cuenta del trabajo en equipo, del rigor con el que trabajan, del proceso de verificación, de la relevancia de obtener fuentes documentales que certifiquen lo que indican las fuentes testimoniales. “Somos 60 Minutos, somos la excelencia”, se afirman mientras trabajan contrarreloj, de forma incansable, sin días ni noches de descanso.

Sin embargo, todo comienza a desmoronarse cuando el informe sale a la luz. Una de las fuentes decide retractarse y los medios comienzan a dudar de la veracidad de los documentos, incentivados por el Gobierno de Bush.

Ante el escándalo, la CBS envía a sus periodistas a entrevistar a una de sus fuentes principales, con el objetivo de que reconozca que mintió en sus declaraciones. Toda la estrategia se reduce al control de daños. También abren una investigación interna para juzgar el accionar de su equipo. Así, Mapes termina siendo despedida y Rather decide renunciar.

Como varias películas de las últimas décadas, hay un tono nostálgico que rinde tributo a All the President's Men (1976), en este caso reforzado con la inclusión de Redford en un rol central, y exalta los estándares del periodismo de investigación norteamericano, pero al mismo tiempo señala los obstáculos para llevarlos adelante en la actualidad, cuando parece triunfar el infoentretenimiento y las empresas dan la espalda a la tarea de sus periodistas. “Cuando se dejen de hacer preguntas, ahí pierde el periodismo norteamericano”, advierte un Rather cuya figura se abisma al estar personificado por Redford.

Truth fue un fracaso en las boleterías y también fue ignorada por el circuito de los premios cinematográficos. La cadena CBS se negó a emitir publicidades y noticias sobre la obra y el presidente de la compañía, Andrew Heyward, sostuvo que "la película toma a los responsables de la peor vergüenza en la historia de CBS News, y los convierte en mártires y héroes. Sólo Hollywood podría llegar a eso". Sin embargo, Rather señaló que “es una descripción muy fiel de estos hechos reales”.